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David González
Lunes, 20 de mayo 2024, 00:59
El ojo avizor de una agente de la Unidad de Menores de la Policía Local evitó una desgracia la tarde del viernes. En el barrio de Aranbizkarra habían quedado para retarse dos bandas de menores. La escena fue avistada por esta policía de paisano, quien ... de inmediato dio la voz de alerta entre sus compañeros. La zona se llenó de coches patrulla. La mayoría de los chavales acabó interceptado y, entre sus pertenencias, los uniformados se incautaron de «cinco navajas», según medios internos de la comisaría de Aguirrelanda.
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Los patrulleros contabilizaron «entre quince y dieciséis» implicados. La práctica totalidad de los sospechosos todavía no ha alcanzado la mayoría de edad. Alrededor de un par de horas después, el mismo turno de la Guardia urbana detectó a una parte de estos adolescentes en la estación de autobuses de Lakua. Se sucedió un nuevo carrusel de identificaciones como medida disuasoria. Al menos cuatro dotaciones acudieron a este punto.
Esta doble intervención se produjo la misma jornada en que el Gabinete Etxebarria se comprometió a incrementar los recursos del Grupo de Menores, en una iniciativa solicitada por el Partido Popular. La promesa, inviable a corto plazo, responde también a la denuncia conjunta por parte de las AMPAs de Calasanz y Ángel Ganivet, la asociación de vecinos Erreka txiki y el club deportivo Irubat, hartos de las oleadas de robos, agresiones y amenazas a sus hijos y jugadores.
el martes en coronación
Un botón. Dos de los chavales identificados por la Guardia urbana el viernes aparecen como los principales sospechosos de un robo con violencia ocurrido la tarde del pasado martes. Presuntamente siguieron a un chico que salía de entrenar en Aranbizkarra. El acecho duró hasta su casa, localizada en Coronación. Al lado del portal le sacaron «una navaja». Al parecer le apuntaron al pecho y le exigieron su teléfono móvil y las zapatillas. El chico subió a su piso sin ambas pertenencias. Al día siguiente, su familia denunció el robo con violencia en Aguirrelanda.
Otro delito atribuido a miembros de una de estas pandillas. El domingo 5, tres de ellos, con las capuchas caladas, encararon a unos chavales. Les quitaron las bandoleras, las zapatillas que una de sus víctimas llevaba puestas y un móvil. No contentos con este botín, siguieron a uno hasta su edificio. Junto a la puerta de su casa le reclamaron «40 euros» para dejarle en paz. El adolescente subió, cogió el dinero y bajó a entregárselo. La denuncia se produjo el miércoles 8. Sólo 24 horas después, la Unidad de Menores identificó a los autores.
Algunos de ellos también andaban por Aranbizkarra el viernes. Las inmediaciones del campo de fútbol, según ha sabido este periódico, se han convertido en las últimas fechas en el epicentro de estos asaltos. La Policía Local se ha convertido también en asidua a la zona. «¿Qué podemos hacer si hoy (por el viernes) en Menores sólo había una agente?», se preguntan en las bases de la Policía Local de Vitoria.
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