Acceso al palacio Álava-Esquível. blanca castillo

Un representante de Tánger visitó en junio Álava-Esquível

La municipalidad, propietaria del palacio, mostró su predisposición a pagar las multas que acumula. Pero desde entonces se ha vuelto a perder el contacto

Martes, 13 de diciembre 2022, 00:24

La municipalidad de Tánger, propietaria del palacio Álava-Esquível, ha recibido ya un total de 8 multas por parte del Ayuntamiento de Vitoria por no hacerse cargo del mantenimiento del edificio. La deuda asciende a cerca de 300.000 euros y hasta ahora, el gobierno ... municipal siempre había mantenido que la comunicación con la ciudad marroquí era imposible ya que no contestaban nunca a sus requerimientos. Hasta este verano. Porque según reveló ayer la teniente de alcalde y concejala de Territorio, Ana Oregi, un representante de Tánger visitó el palacio el pasado mes de junio. En concreto el día 6.

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«Esa persona vino a Vitoria y se interesó por todas las cuestiones relativas al palacio. Estaba recopilando toda la información sobre la deuda viva y sobre el proyecto de obras, incluso nos pidió el contacto de la arquitecta. También nos pidió el número de cuenta del Ayuntamiento para hacer los ingresos de las multas», explicó Oregi. Esos pagos, sin embargo, no se han llegado a producir. Es más, parece que la persona de contacto se ha esfumado. «El día 8 de junio se le envió toda la información y hubo un compromiso de que en septiembre se iban a iniciar las obras. En ese momento tuvimos un rayo de esperanza, pero los compromisos no se han cumplido», profundizó la concejala. Tánger tampoco a vuelto a contestar a las comunicaciones, por lo que esta cuestión sigue enquistada.

El Ayuntamiento va a alcanzar el número máximo de multas que se pueden imponer (10), y a partir de ahí se podría iniciar el expediente de expropiación. En el caso de que se produjera una ejecución subsidiara de las obras necesarias para su mantenimiento, sería la Diputación la que debería encargarse de estos trabajos. Hace más de un siglo, Ricardo de Álava y Carrión, se apostó el inmueble en una partida de cartas y lo perdió. Así acabó en manos de la municipalidad de Tánger.

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