Dicen que la tela de la araña lo aguanta todo, que es cinco veces más fuerte que el acero del mismo diámetro. Al tejido cultural alavés le gustaría parecerse a esa telaraña para resistir esta crisis pandémica que nos está golpeando ya a todos. Pero ... el caso es que se parece mucho más a un trapo viejo, hecho jirones. Un soplido de aire puede llevárselo por delante. Y el que viene, no hace falta ningún sismógrafo para adivinarlo, es un huracán de los gordos. Desde la Diputación, la titular de Cultura, la socialista Ana del Val es la responsable de que el sector no acabe devastado.
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–¿Cómo afronta este escenario cultural, tan complejo, en el que estamos inmersos por la crisis del coronavirus?
– Desde un momento previo, con mucha preocupación. Ahora mismo, en el departamento lo afrontamos desde la responsabilidad pero con optimismo y mucha prudencia. La cultura es segura. Tengo ilusión porque sé que vamos a salir de esto. Aunque este sea un 'bicho' muy peligroso, no podemos parar.
– Pero ya hay muchos proyectos que se han tenido que paralizar. ¿2021 se presenta también como un año yermo para la cultura alavesa?
– Por supuesto que no. Pero es que tampoco lo está siendo este 2020. Hemos demostrado que la cultura es un bien de primera necesidad. Y es una convicción política que hace cohestión social y que tiene también un retorno económico. Hemos conseguido que cultura forme parte del plan de reactivación económica de la Diputación.
– ¿Con qué presupuesto va a contar para reactivar el sector, tan golpeado por esta crisis?
– Aspiro a tener el mismo que he manejado hasta ahora porque, además, tenemos que abordar proyectos ambiciosos. De todos modos, todavía estamos empezando a hablar del presupuesto del 2021, faltan muchos datos y lo más importante ahora es terminar la ejecución presupuestaria de este año. Ha habido que marcar prioridades, esta pandemia nos llegó en un momento en que teníamos grandes proyectos y grandes ideas y ahora nos ha tocado reinventarnos.
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– Por ejemplo, tenían ya comprometidas partidas para la perentoria reforma del Principal que se van a quedar sin ejecutar. ¿Se van a retomar el año que viene?
– Por supuesto, aunque esa sea una competencia municipal...
– Pero la Diputación tiene una gran parte (el 30% del teatro es de propiedad foral) de responsabilidad en esa reforma.
– Sí. Y la vamos a mantener. El Principal es una joya de Vitoria y que tiene una necesidad imperiosa de rehabilitarse. Yahí estaremos. No se puede renunciar a un proyecto de ciudad tan importante.
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¿Recortes en cultura?
– En este contexto, ¿la reforma del gran escenario alavés tiene que tener prioridad sobre el plan del auditorio?
– En mi opinión, sí. Como socialista que soy, creo que es claro que el Principal tiene que contar con la primera adjudicación y el primer compromiso presupuestario.
– ¿Y sus socios del PNV lo perciben del mismo modo?
– No hemos hablado este año todavía del presupuesto de 2021, pero creo que es entendible que, ante esta nueva realidad, no puede ser de otra forma.
– ¿Ana del Val se puede comprometer a no recortar ni un euro en Cultura?
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– Desde un principio dije que la cultura no iba a ser la pagana de esta crisis y así ha sido. No ha habido recortes importantes, sí es cierto que ha habido partidas comprometidas que no se han podido ejecutar, por ejemplo para el Azkena. Pero puedo decir, con muchísimo orgullo, que hemos sacado la mayor batería de ayudas en subvención de la historia de Álava y hemos gastado más de medio millón de euros en programación.
– Sí, pero, ¿y el año que viene?
– Insisto, mi aspiración es tener el mismo presupuesto, quedarnos como estamos, pero faltan muchas pautas, hay que ver la recaudación...
– Da la sensación de que está poniendo la venda antes de la herida porque sabe que, sí o sí, va a tener que meter la tijera.
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– Pues yo considero que no. Y creo que ya lo he explicado.
– Y sus compañeros de gabinete, ¿también tienen tan claro que no se puede recortar en Cultura?
– Absolutamente. La Cultura forma parte del plan foral de reactivación económica. Es un sector de empresas que motivan y reactivan el sector industrial.
2021
– Esta semana el diputado general hablaba de la necesidad de emprender un cambio de modelo económico. Hablaba de la digitalización y del sector energético, pero la Cultura no parecía estar entre esas prioridades.
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– El diputado general entiende perfectamente que la Cultura tiene que estar como parte del servicio activo y por eso está dentro del Plan A. Creo que es la primera vez que un diputado general y una diputada de Cultura se ha reunido con todo el sector, con cada empresa. Yo no sé si se percibe que la cultura es para nosotros una prioridad, pero es así, es real.
– ¿Y qué inquietudes les trasladó el sector en esas reuniones?
– Que tienen un problema en gasto corriente, porque las empresas culturales han sufrido muchísimo, aunque los ERTEs han aliviado esa tensión. También manifestaban su incertidumbre ante la imposibilidad de programar porque lo que quieren es seguir trabajando. Y las subvenciones que hemos sacado están diseñadas con arreglo a esas demandas.
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– También le habrán trasladado que el gran miedo es que el tejido cultural alavés salga devastado de esta crisis. ¿Qué plan tiene para evitarlo?
– Hemos impulsado una programación cultural intensísima durante este verano. También hemos invertido en patrimonio, para que las empresas no se paralicen. Porque hay que tener en cuenta que, por ejemplo, detrás de un concierto, no está solo una banda, también hay empresas auxiliares, de producción...
– Las salas privadas, tanto las dedicadas a las artes escénicas como a la música en vivo, se están desangrando. ¿Cómo se les puede socorrer?
– Tengo una reunión pendiente con ellos para la semana que viene. Hay que ser innovadores para ayudarles. No podemos permitirnos el cierre de esas actividades, hay que aguantar este tirón pero económicamente Diputación estará a la altura.
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cierre de talka
– Entre tanto, ya hemos tenido que lamentar el primer cierre, el de Talka, la única galería de arte de Vitoria.
– Y me apena mucho. Hace un par de meses nos encontramos por casualidad con Gorka (Basterretxea, propietario de la extinta sala), estuvimos charlando con él del proyecto, sobre las subvenciones a las que se podía acoger. Me comprometí a acudir en septiembre a verle y me sorprendió mucho leer en el periódico ese cierre. Espero que sea el último.
– Usted no se dejó caer por la inauguración de la galería ni por ninguna de las exposiciones. ¿No cree que esto puede interpretarse como una desafección hacia el mundo del arte contemporáneo?
– Yo no tengo desafección por nada. Estoy convencida de que el arte es una de las patas fundamentales de Cultura y hay que apoyarlo. De todas formas, yo voy a todos los sitios a los que me han invitado y donde se ha requerido mi presencia.
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– Así que la razón por lo que no acudió nunca a la galería es que no fue invitada...
– No lo sé. Esto es algo de lo que tengo que hablar con él.
– Tiene un conflicto abierto con los trabajadores de Artium, en huelga. ¿Qué ocurre?
– Espero resolverlo más pronto que tarde. Ahora mismo hay una licitación que está en marcha. Yo desconocía las quejas de los trabajadores e inmediatamente me reuní tanto con ellos como los sindicatos. Como les comenté, me llama mucho la atención esa huelga previa puesto que en el propio pliego ya se establece que la subrogación de los contratos es obligatoria y que no va a ir nadie a la calle. Eso es así. Ahora mismo hay una reorganización del servicio por las necesidades.
– Pero esta huelga ha sacado a la luz que gran parte de los trabajadores están subcontratados. ¿Esta es la mejor fórmula para gestionar una institución cultural de la magnitud de Artium?
– El Artium, como la catedral de Santa María es una sociedad pública y, por tanto, está dotado de personal de plantilla y de personal de empresas contratadas. ¿Hay que ir a otro modelo? Ya veremos. Lo que no debemos consentir es que un trabajador se vaya a la calle y que el convenio no se cumpla. No es mi voluntad tener un conflicto innecesrio como este.
– De la anterior crisis Artium salió muy mal parado, con tijeretazo presupuestario brutal. ¿Usted puede comprometerse a que no va a pasar ahora lo mismo?
– ¡Pero es que no está pasando!
– Le pregunto por si tal cosa va a suceder.
– ¿Futurible? Me encantaría decir que tengo dinero finito para financiar todos los proyectos. Pero hay que esperar al presupuesto.
– ¿Por qué los vitorianos no perciben la importancia real de Artium?
– Es algo que he hablado con la dirección y con el equipo porque, efectivamente, no tiene esa percepción que sí existe, por ejemplo, con el Bellas Artes . Es algo que estamos analizando desde hace tiempo y no sé si es por la plaza, por la entrada... pero es algo que tenemos que estudiar porque tenemos que conseguir que los ciudadanos entren y capten la importancia del museo.
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