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No es la primera vez que el jefe de Neumología de la OSI Araba, organización que integra el HUA y los centros de salud de Vitoria, se arremanga. Lleva años de abanderado de la vacuna de la gripe ante el personal sanitario y ayer lo ... fue también de la anticovid. José Luis Lobo se dejó fotografiar en un momento histórico en Txagorritxu, uno de los hospitales más castigado por la primera oleada del coronavirus. Recibió la primera de las 1.200 dosis de Pfizer que han llegado a las neveras de los dos hospitales vitorianos y que se administrarán hasta el viernes entre trabajadores de todos los servicios considerados de «primera línea». «El pinchazo ha sido más suave que el de la antigripal», bromeó. Ante la llegada de momento tan esperado ensalzó la importancia de la investigación. «Todo esto demuestra lo rentable que es invertir en ciencia».
Lobo fue de los primeros por trabajar con pacientes con covid pero también por ser, a sus 66 años, uno de los profesionales de mayor edad. Le seguirá todo su equipo al que ve «esperanzado». Para quien albergue dudas tanto dentro de los sanitarios como en general su opinión de experto es que «esta vacuna es extraordinariamente eficaz y segura. «Me parece una locura no vacunarse. Y a nivel de implicación personal lo considero una obligación moral», zanjó.
Lobo dió el relevo a Pedro Lopetegi, otro veterano y jefe de Urgencias de la OSI Araba. Fue más taxativo. Personalmente, dijo, «considero que la vacunación debería ser obligatoria». Los dos especialistas señalaron que aunque los hospitales de Vitoria están aún tranquilos, en los últimos días han notado un incremento constante de ingresos de pacientes con covid. «Estamos ilusionados, después de meses de pelea sentimos cansancio físico y esto es como un balón de oxígeno», señaló el urgenciólogo.
Desde marzo del pasado año su servicio ha dado un vuelco. Tiene nuevos circuitos, nuevos métodos de cribado, nuevos protocolos... «La urgencia está tensionada», admitió. «Esto es un carrera de fondo y esperamos estar en el último tercio, por eso, ahora que las fuerzas disminuyen, la vacuna es un regalo».
Para Lopetegi, cualquiera de las inmunizaciones que han recibido el visto bueno de la comunidad científica y las que están por aprobarse «llegan en un momento idóneo. Los sanitarios llevamos mucho tiempo con lapelea pero la sociedad también está cansada y esto nos da a todos algo diferente, aunque debemos seguir con las medidas de prevención, la higiene, la distancia social, las mascarillas...».
Lobo y Lopetegi tuvieron que esperar un cuarto de hora por precaución ante posibles reacciónes. No pasó nada. En ese tiempo empezaron a recibir sus dosis otros 118 sanitarios citados esa misma tarde. Elprocesos sigue hoy en las dos sedes de Txagorritxu y Santiago.
El HUA ha recibido al final más dosis de las que preveía en un principio y esta semana vacunará a 1.200 personas. «Hemos priorizado en función del tipo de paciente que tratan y la edad. Por aquí van a pasar todo tipo de trabajadores de Txagorritxu, Santiago y Atención Primaria, incluidos estudiantes, personas de limpieza, de seguridad...», explicó Inmaculada Muro, responsable de Salud Laboral de OSI Araba. «Hos es un día importantísimo. Hemos sufrido muchísimo y la respuesta va a ser muy buena», recalcó.
Si se mantiene este ritmo de vacunación en cinco o seis semanas podría estar concluidal ainmunización completa -las dos dosis- de los más de 6.300 trabajadores de alguna manera u otra manera desempeñan su labor en la OSI Araba.
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