Realiza tocamientos a una camarera y amigos de la víctima le rompen la nariz en Vitoria

Según ha sabido este periódico de medios policiales, este vecino de Vitoria hostigó «durante alrededor de hora y media» a la camarera de un establecimiento hostelero de Lakua. Toda la escena fue captada por la videovigilancia del local, grabación que será incorporada al sumario del proceso penal ahora en fase de investigación.

En las imágenes se observa cómo este hombre acosa a la joven trabajadora de manera persistente y hace caso omiso a sus peticiones de que le deje tranquila. En un momento dado se coloca junto al hueco del mostrador por donde el personal sale a atender las mesas. Y es ahí donde, al acercarse la camarera, le «toca el culo durante un tiempo prolongado».

Al parecer, esta chica escribió a varios conocidos alertando del acoso. Y a los pocos minutos del ataque sexual, tres varones encapuchados se presentaron en el local hostelero, justo a tiempo para abordar al entonces sospechoso cuando se disponía a marcharse.

Tras un breve diálogo, este trío comenzó a pegarle hasta dejarle semiinconsciente. Así le hallaron las primeras dotaciones de la Policía Local trasladadas al lugar, del que habían huido los agresores. Debido a la aparatosidad de sus heridas tuvo que ser evacuado a Txagorritxu. En este centro hospitalario le dieron algún punto de sutura «en la cabeza» y certificaron que, entre otras lesiones, presentaba «el tabique nasal fracturado». Mientras, uniformados tomaron declaración a la camarera. Su relato provocó un giro de los acontecimientos. Se encontraban ante una posible «agresión sexual».

Por lo que, una vez aplicadas las primeras curas, la Policía Local informó al magullado paciente de su detención. Pasó la noche en comisaría y el viernes fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 4. Salió al poco en «libertad con cargos».

¿Y qué sucedió con los tres sospechosos de darle una paliza? Policías locales habrían identificado a uno de los presuntos agresores y trabajan en la localización de los otros dos implicados. «Es entendible su enfado con lo que le ocurrió a esa muchacha, pero no podemos tomarnos la justicia por nuestra mano», tercian desde la comisaría de Aguirrelanda.