![De cañas en el 'ertzainatoki'](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/11/06/ertzaintza-kIxH-U210628241659gF-1200x840@El%20Correo.jpg)
![De cañas en el 'ertzainatoki'](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/11/06/ertzaintza-kIxH-U210628241659gF-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Hay una zona de Vitoria top-secret. Todo el mundo sabe cuál es pero no se la puede nombrar porque da yuyu hacerlo. Es una zona que se caracteriza por su degradación ambiental, porque hay en ella una densidad de casas malas por encima ... de la media y en la que, quizás por ello, también la densidad de personas que no tienen mucho mejor que hacer que rular a ver lo que cae, es también muy alta. Estas personas, por la razón que sea, hay quien dice que por el control del trapicheo, en sus múltiples variantes, tienen tendencia a pelearse entre ellas, ocasionando tumultos de menor o mayor grado, intervenciones policiales, sensación de inseguridad, en suma.
A esta situación ambiental se le suma la existencia de algunas unidades de hostelería 'raras'. Son sitios que abren cuando los demás cierran y funcionan hasta el amanecer o a media mañana siguiente. Es frecuente que, en su exterior se generen paleas en las que llegan a hacer acto de presencia las navajas. Y los policías también. Con el resultado de gritos, voces, sirenas de los guardias, sirenas de las ambulancias...
Los vecinos, en su versión vivienda o en su versión local comercial ordinario, se desesperan. Se irían pero, unos no pueden, con una hipoteca de por medio o un alquiler asequible, dada la zona, otros no quieren, porque es su barrio, su casa, han vivido siempre allí, tienen un negocio de siempre allí... En lo que sí coinciden es en que están hartos. Son capaces de entender las razones por las que su barrio está como está, pueden sentir empatía particular por las personas a las que la vida ha conducido a la marginación o la delincuencia, pero piensan que, mientras se toman medidas estructurales para la prevención y eliminación de las razones que confluyen para que, ellos, tengan que aguantar las consecuencias de problemas que no suyos, lo mejor es que, al menos, cuenten con la presencia disuasoria de la policía. Ya saben que esa policía no va a poder ejercer la labor educativa que va con su nombre y función pero confían en que, su sola presencia mejore las situación. Por eso, cuando se reúnen y reivindican, hablan de que la ertzaintza se instale de forma definitiva en la zona.
Ahora bien, ¿en qué forma? Lo que está claro es que no podría tratarse de lo que se entiende normalmente como una Comisaría. Un lugar más administrativo que otra cosa. Un espacio para recibir denuncias, tramitar atestados, guardar unas horas a las personas detenidas... No se trata de eso. Se trata de preparar un espacio en el que siempre haya ertzainas que estén por allí, con sus coches, sus uniformes...
Pienso en algo parecido a un 'ertzainatoki' o un 'ertzainatexe'. Un centro de reunión para los agentes en el que siempre haya números dentro y mucha presencia de coches y así en la calle. Dotado de instalaciones para sentirse cómodos, charlar entre ellos. Tomándose un café en el bar, descansando. Un local abierto también a los vecinos que quieran beberse una caña, comer un pintxo... un lugar de acogida y de encuentro que cumpla ante todo, una misión: dejar bien claro a los malos que no son bienvenidos en el barrio, que la ciudadanía está hasta las narices de ellos y de que admiten a los guardias como compañeros y colaboradores en conseguir que se pueda vivir en él de una manera normal. Sin tener que estar todo el tiempo pendientes de que, ya se están juntando, va a haber pelea, mira el del patinete, otra vez a servir el menudeo, ¡ojo! que ahora salen los del sitio ese y habrá bronca seguro...
Aunque hay quien no lo quiere entender así, en este país parece que de manera más abundante la presencia disuasoria de la policía es vital para el mantenimiento de la vida social. La Ertzaintza no es nuestra enemiga sino nuestra aliada. Esto lo digo a sabiendas de que, a menudo, determinadas personas del cuerpo no tienen comportamientos muy edificantes, sino todo lo contrario. Todos los de ese mismo barrio o aledaños hemos sido testigos de actuaciones impresentables por parte de... Últimamente, por ejemplo, he sido testigo del comportamiento mal educado de una pareja de ertzainas con la dueña de un bar. De tan mal gusto que cabría pensar en el racismo incluso.
Sin embargo, y aunque que sé que mi idea puede resultar rara, extravagante incluso, pienso que está llena de razón en el sentido de que, bueno, algún ertzaina se puede propasar pero en su conjunto todos/as los de la zona nos sentimos más seguros cuando vemos aparecer el color de sus uniformes en el momento en el que los malos campan a sus anchas para perjudicar la convivencia en esta zona muy concreta de la ciudad. Porque los malos, además de malos suelen ser cobardes y se atreven a armar broncas, a veces sangrientas, a delinquir delante de las narices de cualquiera, solo cuando no hay policía a la vista. Pienso que, además, el conocimiento mutuo entre unos y otros ayudaría que determinados guardias se produjeran con menor altanería y mayor sentido responsable del papel que tienen en nuestra sociedad.
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