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La Policía Local se ha tenido que emplear a fondo esta mañana de lunes en el barrio de Ibaiondo, en Vitoria. Por mandato del ... Juzgado de Instrucción número 2, efectivos de este cuerpo han tomado la antigua entidad bancaria, controlada por un grupo de jóvenes desde hace más de un año.
De hecho, los agentes -desplegados para cumplir esta medida cautelar- se han encontrado con mucha oposición para acometer este desalojo. En un primer momento, han sacado a dos jóvenes desarraigados tras más de una hora de tensión debido a su negativa a marcharse. Finalmente han accedido a salir con un carrito repleto de enseres personales. En el interior también había cuatro perros.
Al poco han aparecido otras cuatro personas -una de ellas, mujer- que han intentado a gritos detener el desalojo. Esa agresividad verbal ha obligado a la Guardia urbana a sacar su material antidisturbios. Uno de los okupas, de hecho, ha mostrado una cuchilla y ha amenazado con autolesionarme. «Me voy a rajar como me echéis», ha vociferado en varias ocasiones. También han increpado a paseantes.
Sus avisos sí han logrado detener de manera momentánea la acción de la Justicia. A la zona se han acercado más recursos policiales y hasta una furgoneta de la perrera municipal por si fuera necesario trasladar a las mascotas halladas en el interior de la lonja okupada. En total había cuatro canes.
A dos «se ha identificado a sus dueños mediante el chip», explican desde el Ayuntamiento de Vitoria. «Los otros dos están en el Centro de Protección Animal (CPA) a la espera de que aparezcan sus propietarios. Los están intentando localizar debido a que también tienen chip».
Este inmueble acumula más de un año en poder de los okupas. Su propietario legal, que posee otros locales en la zona, denunció la situación en el Palacio de Justicia hace alrededor de un año. Y esta mañana de lunes ha llegado la hora de recuperar su lonja, donde supuestamente abrirán un negocio.
Los okupas desalojados son conocidos en este barrio de Vitoria como «la banda del chanclas». Vecinos de la zona les acusan de pequeños hurtos y robos de bicicletas. En este contexto, en el centro cívico Ibaiondo hay un cartel de advertencia sobre esta circunstancia. Personal de esta instalación municipal admite que «hay denuncias prácticamente a diario».
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