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S. Echeazarra
Lunes, 20 de noviembre 2023, 00:38
La red de saneamiento de la capital alavesa tiene un funcionamiento «sencillo». Eso es «gracias a que una parte del mismo va por gravedad». Es decir, de sur a norte y de este a oeste hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) que se ... ubica en Crispijana. ¿De dónde provienen las complicaciones? Tiene los problemas «típicos» de un sistema de alcantarillado municipal, exponen desde Amvisa. Desde «toallitas, trapos, atascos», etc, hasta la saturación en momentos de lluvia o las fuertes precipitaciones en periodos estivales, entre otros. En ese sentido «es importante la influencia del cambio climático»
Existen otros contratiempos asociados a los «problemas particulares» de la ciudad. Uno es «la presencia de raíces» en el sistema de tuberías, debido a la «gran cantidad» de árboles del municipio. Hay que añadir la propia edad de estas conducciones, que acumulan años o décadas. La «gran cantidad de colectores con pendientes muy bajas debido a la orografía de Vitoria» es otra de las complicaciones. Y la entrada en la red de saneamiento de ríos completos provoca «la consiguiente saturación del mismo en los momentos de caudales altos».
Precisamente para solucionar ese último problema se han acometido los trabajos de defensa de inundaciones en los ríos del sur. Estas obras que acomete la Agencia Vasca del Agua URA consisten en la excavación de una gran balsa, capaz de contener en un día crítico el agua equivalente a 39 piscinas olímpicas, y un sistema de válvulas. Este plan de ingeniería hidráulica y ambiental, que ha costado 6,3 millones de euros, evitará lo que pasa ahora de manera recurrente. Los días de trombas los ríos Batán y el Zapardiel se desbordan y ese agua, además de inundar calles y garajes de la zona sur de Vitoria, acaba en la red de alcantarillado mezclándose con las aguas residuales y sobrecargando la depuradora de Crispijana. El nuevo vaso tendrá la función de captar toda esa agua limpia, evitar que anegue la ciudad y reconducirla poco a poco a través de una larga tubería subterránea hasta el río Ali.
En época de lluvias, el entorno de la balsa lucirá como un humedal, pero durante el estío la lámina será más fina con islas de vegetación en su interior y paseos a su alrededor y bosques de ribera asociados a los ríos naturales. Esta actuación es la primera de las proyectadas para convertir Larragorri en el sexto parque del Anillo Verde tras los del Zadorra, Salburua, Zabalgana, Armentia y Olárizu, tal y como contempla la Estrategia 2025 de Vitoria.
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