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«El árbol, tan presente en nuestra iconografía, perdura entre nosotros como algo entrañable y familiar, como algo vivo en la memoria colectiva del pueblo vasco». De esta manera el artista Néstor Basterretxea describía su escultura 'Izaro' en una carta fechada en agosto del ... año 82 remitida al Parlamento Vasco. Así presentaba su propuesta a un concurso público en el que finalmente fue ganador, entre 22 proyectos, para diseñar el símbolo del legislativo. Desde su instalación en la salón de sesiones en enero del año siguiente, ese diseño –un árbol con siete ramas– es la marca más reconocible de la Cámara, replicada en incontables ocasiones y en diferentes formatos, desde un baño de bronce hasta en el estampado de una camiseta.
Con motivo del 40 aniversario, el Parlamento con sede en Vitoria acoge una pequeña muestra en la que se adentra en los detalles de una obra que forma parte ese decorado cada vez que un parlamentario sube al estrado. Aunque debido a las restricciones sanitarias solo se puede visitar virtualmente en la web (egebiltzarra.eus), permanecerá en el espacio durante todo el año.
La exposición ha contado con la colaboración con el Museo Bellas Artes de Bilbao, pinacoteca que le dedicó una muestra antológica al creador en 2013, así como su familia. En las diferentes vitrinas en el hall de la segunda planta se muestran bocetos previos, fotografías y recortes de prensa de una obra cuyo título alude a la isla situada frente a Bermeo, donde nació el artista, algo que se interpreta como un retorno al origen. El antecedente a la obra, según un estudio de Peio Aguirre, es 'Estela al árbol vasco. Homenaje al Árbol de Gernika' (1979), una obra realizada por encargo de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián y cuya maqueta ha cedido la familia para esta colección.
«Incluyó varias partes de troncos del viejo árbol de Gernika», destaca Mónica Basterretxea, hija del creador fallecido en 2014, acerca de un detalle cargado de simbolismo en la escultura. De esta manera hacía referencia a la tradición de legislar bajo árboles en anteiglesias. Parte de esos tacos de roble que el artista tuvo en su estudio se exhiben en uno de los expositores.
Fue en una serrería alquilada de Hondarribia donde se talló esta gran creación de 2,2 metros de altura, lista en unos meses, un tiempo récord para un gran encargo. Un ejemplo del interés del reconocido artista en este proyecto es que marcó el precio de ejecución en dos millones y medio de pesetas, bastante por debajo del presupuesto (5 millones) que manejaba la institución. El montaje se prolongó durante dos semanas bajo la supervisión del artista junto a sus colaboradores.
La escultura cuenta con siete ramas. Acerca de ellas, el propio artista señaló en vida que se inspira en la historia del euskera en siete territorios, más allá de la comunidad autónoma. «No tiene otro origen que la expresión étnica y cultural que he querido dar a mi obra», señaló el creador con el fin de alejarse de debates partidista. «Hay un corazón de relatos consustanciales que lucha por la libertad», indicó su hija en el acto de presentación acerca de esas ramas que pueden verse también como raíces o venas. El paso del tiempo ha confirmado el gran «consenso social» de un ejemplo particular al ser una obra de arte y una seña de identidad de una institución.
«Fue el nuevo símbolo de la democracia vasca realizado por uno de los creadores más personales y renovadores de la escultura vasca», destacó Miguel Zugaza, director del Bellas Artes de Bilbao. La pequeña muestra cuenta con tres partes que se entrelazan en una sala donde ya se mostraban los retratos de los diferentes presidentes de la cámara legislativa realizados por artistas como Javier Ortiz de Guinea o Ouka Leele. Aunque para la exposición se barajaron diferentes espacios de la Cámara, finalmente decidieron acoplar la veintena de obras y documentos (carteles, recortes...) al espacio en lugar de sustituir algunas algunos de los fondos artísticos propios.
Entre la documentación más llamativa acerca de la «intrahistoria» de 'Izaro' destacan los alzados, «las distintas variaciones y la conversión de escultura en anagrama y logo» realizados a mano por el propio autor. Por otra parte se exhiben diferentes esculturas realizadas en roble en los años 70 y 80 como 'Hilarria 1', cedida por el museo Artium, y 'Argizaiola' (Bellas Artes), así como 'Gernika Arbola', una obra anterior a 'Izaro' donde ya latía su interés por este símbolo. Su influjo llega hasta los artistas vascos más reconocidos del momento, como Ibon Aranberri, que realizó una versión irónica del símbolo en una pieza llamada 'Gaur egun (This is CNN)', obra que se puede ver en el museo Artium, en la que a una escultura similar le acompaña una radio emite continuamente un programa que el espectador puede sintonizar y versa acerca de cómo determinadas imágenes acaban popularizándose debido a su continua proyección en los medios informativos.
Al mismo tiempo se exhiben carteles y recortes de la época en los que se subraya su «compromiso», al apoyar el Estatuto de Autonomía, y diferentes objetos tan variopintos como corbatas, pañuelos o llaveros en los que aparece ese emblema. «Es una imagen absorbida en la sociedad a través de los debates y de su difusión como logotipo», subraya el comisario de la muestra, Peio Aguirre, acerca de las diferentes ramificaciones del emblema. «Sentía que el arte podía ser un espacio de entendimiento», explica acerca de ese icono que se registró como una marca en 1988. En ese sentido Bakartxo Tejeria, presidenta del Parlamento vasco, remarca que se trata de un «homenaje para acercar al artista a la ciudadanía»
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