![«Quitar una plaza en una zona rural es cerrar su consultorio»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/12/media/cortadas/rodriuguez12-kE9E-U170391396376OpF-1248x770@El%20Correo.jpg)
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terry basterra
Domingo, 12 de junio 2022, 03:38
La Atención Primaria que se presta en la zona rural ya se ve muy afectada por la falta de profesionales, algo que se podría agravar aún más por la escasez de facultativos. Tres médicos de pueblo valoran los cambios planteados por Sagardui.
Carmen Rodríguez | Villanueva de Valdegovía
Carmen Rodríguez es ... una enamorada de la medicina rural. No cambiaría por nada el contacto y la confianza que tiene con sus pacientes. Pese a que ello le obligue a realizar decenas de kilómetros todos los días para pasar consulta, atender domicilios, acudir a las urgencias que puedan surgir en cualquier punto de su zona y asistir a sus pacientes «casi a cualquier hora». Es por ese apego por lo que está muy preocupada con el anuncio de la consejera. «Quitar una plaza médica en estas zonas es cerrar ese consultorio. Nuestros pacientes son mayores, con muchas patologías, algunos dependientes... Decirles que se tienen que desplazar 15 kilómetros para que les vea el médico de otra localidad les supone un trastorno enorme porque alguien les tiene que llevar», recalca.
Rodríguez, miembro del Sindicato Médico, advierte que con decisiones de este tipo «los pueblos se van a vaciar más porque les quitan servicios». «Lo que tienen que hacer es convertir en atractivas estas plazas y no proponer consultorios solo con enfermeras. Cada uno tenemos nuestra labor y son complementarias».
Mati Iturralde | Zuia
Mati Iturralde lleva 20 años entregada a la medicina rural. Ejerce en Zuia junto a varios compañeros. Desde allí dan cobertura a cinco municipios de la zona. «Lo normal es que cada médico estemos en nuestro consultorio, pero si falta algún compañero nos cubrimos y toca recorrer más distancias». Entre unos pueblos y otros llegan a tener «hasta 50 kilómetros de distancia». Como ocurre en todas las zonas rurales, la mayoría de sus pacientes «son personas mayores, muchos de ellos con patologías crónicas y dificultades para moverse». También acuden a las residencias de ancianos de la zona. Iturralde cree que Sagardui no conoce cómo es la actividad sanitaria en el ámbito rural, «porque nosotros ya trabajamos en equipo con el personal de enfermería, como pide que hagamos».
Aitor Larrinaga | Ispaster
Cuando Aitor Larrinaga escuchó a la consejera de Salud hablar de un futuro de mayor movilidad de la ciudadanía para recibir atención por la falta de profesionales en la Atención Primaria y de consultorios atendidos solo por personal de enfermería no daba crédito. «Con todo el respeto, me sonó como si estuviésemos en África en lugar de en Euskadi y a que desde Osakidetza habían tirado la toalla, cuando hemos sido durante años una referencia sanitaria», valora. A sus 61 años Aitor reparte su jornada laboral entre Ispaster y Lekeitio. Sobre el papel trabaja de 10 a 17 horas, aunque en la realidad está disponible mucho más tiempo. «El jueves me llamaron a las siete de la mañana para una atención en un caserío. Así que para allí fui. Son mis pacientes».
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