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Igor Martín

Una quincena de niños ucranianos se despide de sus vacaciones en Álava: «Han desconectado de la guerra»

Una quincena de niños ucranianos regresa a su país tras pasar el verano en Álava lejos de las bombas y la radiación

Martes, 27 de agosto 2024, 13:36

«He hecho un montón de cosas; he ido a la piscina, a la playa, he andado en patinete, he hecho cursos, he ido a ver al Alavés...». Habla Mikola, un chaval ucraniano de 12 años que acaba de culminar su quinto año de vacaciones ... en Álava. Sus padres de acogida, Maite Ortega y Patxi García, y su 'hermano mayor' Pablo, forman parte de las familias alavesas que este martes se han despedido de 14 pequeños que tras pasar el verano en la provincia -otros 32 lo han hecho en hogares vizcaínos- regresan de vuelta a su país. En la despedida en el parking del centro comercial Gorbeia, desde donde han partido en autobús, se han sucedido escenas de abrazos y lágrimas.

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La de Maite es una de las familias que proporciona a estos menores un periodo estival lejos de la radiación y desde hace dos años de la guerra, por medio de la asociación Chernobil Elkartea, que promueve la iniciativa desde 1995. Cuando estalló el conflicto bélico «estuvieron muy afectados, ahora se ha normalizado algo la situación, pero en su zona sigue habiendo tanques por las calles y sufren cortes de luz constantes. Nos han pedido que les mandemos linternas que se recargan con el sol», expone Ortega. «Al final, los niños asumen que tienen dos familias, están mentalizados. Cambian el chip rápido», contaba en conversación con este periódico mientras acompañaba al crío al bus.

Porque el objetivo inicial de la acogida de estos pequeños es mejorar su salud y mantenerles durante unas semanas lejos de la radiación de su zona de residencia, próxima a la central donde ocurrió uno de los accidentes nucleares más importantes de la historia. «Según la OMS, deben estar fuera durante más de 60 días, salir para alimentarse y respirar bien, lejos de la radiación. Desde 2022 se ha sumado la guerra. Así que desde la asociación buscamos que salgan de allí. Que respiren normalidad», transmite Ana López de Pariza, voluntaria de Chernobil Elkartea.

«Totalmente recomendable»

«Me lo he pasado muy bien, en la playa, en la piscina, con los amigos... Es la tercera vez que vengo», comentaba Bohdan Toustenko (12 años) antes de montar al autocar». Sorkunde, su madre de acogida, subraya que «es una experiencia totalmente recomendable». Un mensaje que enfatiza Maite: «aportan muchísimo, son niños súper obedientes, educados. Contrastan mucho con los de aquí. Todo lo valoran un montón».

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Casi sin poder contener el llanto, Amaia Díaz de Corcuera abrazaba a Daniel y Nazar, hermanos de 9 y 10 años. Esta vitoriana, junto con su pareja Iñigo Corres, los han tenido en casa en «un verano mágico, muy bonito, a tope». «Ha sido como una gincana de actividades, todo el día haciendo cosas, playa, piscina, monte, barracas...», compartía emocionada. La zona de donde proceden estos chicos está muy pegada a Kiev, foco de bombardeos, y «sufren bastantes cortes de luz».

«Cuando empezó la guerra pasábamos medio día sin luz. Ahora hay cortes. Aquí lo he pasado muy bien», asegura Yehor, otro de los niños acogidos. El encarecimiento de precios y la obligación de pasar mucho tiempo en refugios son otros de los rigores a los que se enfrentan actualmente. «Aquí desconectan de la guerra y disfrutan del verano. Se les cambia la cara», comenta López de Pariza, su madre de acogida y voluntaria de la asociación, con la que se puede contactar en su web (www.chernobil.org) y en el 670 419 078.

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