Una quincena de casas pagan más de 1.500 euros anuales de IBI en Vitoria

El Ayuntamiento prepara ya el cobro del IBI, que se congelará en 2019 pero que volverá a dar un buen 'mordisco' a la cuenta corriente de las familias vitorianas. Los primeros recibos ya se han girado. El Consistorio recaudará 42,5 millones de euros gracias a su principal impuesto, pilar fundamental de la recaudación local. El recibo rondará los 350 euros, si bien hay que tener en cuenta la dificultad de establecer una media con un tributo tan complejo. La ubicación del inmueble o parcela, su superficie o el uso que tenga determinará la factura final, a lo que habrá que añadir que una de cada diez referencias tendrá derecho a bonificaciones. Si se aplicara el concepto de IBI por habitante, saldría a 168 euros por persona. Con todo, el Consistorio ya tiene lista la maquinaria administrativa para cobrar el IBI a los titulares de 257.090 propiedades. Entre ellas hay 115.612 viviendas y 93.133 plazas de garaje. La mayoría de los cargos se realizarán el 3 de junio, aunque algunos -los de los contribuyentes que han solicitado dividir la cuantía en nueve cuotas- se recaudarán antes: comenzaron ayer mismo.

El particular ránking de las casas mejor valoradas de la ciudad a efectos fiscales incluye propiedades situadas en la Ciudad Jardín, Mendizorroza, Areitio, Armentia, el Alto de Uleta, el centro y el Ensanche. En estas dos últimas zonas, en pleno corazón urbano, se da una circunstancia particular. Si bien es cierto que las mansiones con amplios jardines se cuentan con los dedos de una mano, existen varios edificios nobles que disparan la cuota por encima de los 1.500 euros anuales.

Es el caso de los palacios. En el listado se encuentran el del Marqués de la Alameda -en la Herrería- o el de los Álava Velasco -en Zapatería-. También se encuentra la deteriorada Casa Alfaro de Manuel Iradier, que un grupo de inversores ha adquirido recientemente y para convertir el palacete en un hotel con encanto, como ha publicado en exclusiva EL CORREO. A pesar de estar apuntalada y acumular maleza en su parcela desde hace años, sus propietarios están entre los que más IBI pagan de la ciudad.

El análisis ofrece igualmente datos curiosos vinculados a la propia naturaleza del tributo. El IBI se suele relacionar con las viviendas, pero en realidad afecta a muchos más inmuebles. Claro que hay edificios residenciales, garajes y trasteros, pero el abanico es mucho más amplio. Por ejemplo, el Ayuntamiento girará el tributo este año a seis viviendas prefabricadas. A pesar de que Vitoria no destaque por su buena meteorología, también enviará el recibo a los titulares de 292 piscinas. Solo 16 de ellas son cubiertas. El IBI lo deberán abonar 55 clubes sociales, 13 centros de culto -pero ningún convento ni centro parroquial-, tres internados y un campo de golf.

Las referencias urbanísticas, que superan las 257.000 en el municipio, incluyen desde oficinas -4.177 en sus distintas tipologías, unidas a viviendas, a industrias o aisladas- a bares y cafeterías -1.221, según el censo local-. También hay 398 restaurantes. Y aunque parezca que el IBI solo afecta a construcciones, también grava la titularidad de parcelas. En este caso, el recibo llegará a los propietarios de 2.962 solares.

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), también conocido como contribución o catastro, es un tributo anual directo que grava la propiedad de un bien. Afecta a los inmuebles de naturaleza rústica o urbana situados en el término municipal, lo que incluye el casco urbano pero también los 63 pueblos que le rodean. Pero no a todos. Entre los edificios exentos están los institucionales -por ejemplo oficinas, centros cívicos y todo tipo de instalaciones deportivas-, los centros docentes -incluidos los colegios concertados- y los inmuebles de la Iglesia católica y la Cruz Roja. El IBI es exigible a día 1 de enero de cada año natural y a la persona propietaria del bien ese día.