«¡Quiero montarme en todos los hinchables!»

En el interior, la diversión se reparte entre cuatro salas de la primera planta del palacio a fin de facilitar la accesibilidad. Y es que el lema de este año es generar «un espacio inclusivo para todos los niños». Al fin y al cabo, el objetivo principal es que los pequeños de la casa se lo pasen bien y bien seguro que lo van a hacer. «Me encanta estar aquí, vengo siempre, mi parte favorita son las colchonetas», ha asegurado Eki de 7 años, mientras aguardaba en la cola para tirarse, una y otra vez, por el tobogán hinchable.

En la sala Olárizu se encuentran las colchonetas, los juegos de circo, los pintacaras y un escenario con karaoke para que los más atrevidos se animen a cantar. Esta mañana había quienes optaron por los clásicos de estas fechas como el 'Burrito sabanero' y otros que han decidido animar la estancia al ritmo de 'Mariposas' de Aitana. Esta sala fue una de las más concurridas y las colas más largas se repartían entre los castillos y el maquillaje. Aida, de 5 años, ha esperado paciente junto a su padre y ya tenía pensando qué iba a querer ver reflejado en su carita: «quiero un unicornio». Es la primera vez que acudía al PIN.

Hanna tampoco había estado antes. Es de Paraguay, tiene 7 años y está pasando las Navidades en Vitoria gracias a un programa de acogida. «Me estoy divirtiendo mucho, aunque todavía me falta probar muchas cosas», ha asegurado mientras tanteaba el terreno con los ojos para saber cuál sería su siguiente destino. Izaro, 10 años, forma parte de la Asociación de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (ASPACE). Ya estuvo el año pasado cuando se organizó en el centro cívico Hegoalde. «Hay un montón de cosas y me encanta». Ya tenía ganas de volver a repetir. Estaba emocionada.

En la sala Green Capital, donde están los talleres, el ambiente era más calmado. No había tanto grito de emoción y nerviosismo. Los hermanos Ethan y Liam de 11 y 7 años, que ya son unos veteranos en estos parques, han estado haciendo renos con material reciclado. «Cuando termine esto iré donde los videojuegos», ha comentado el mayor, refiriéndose a la sala Armentia donde hay consolas. Para los más pequeños hay un espacio reservado, en el Mirador Avenida. Los niños de hasta 4 años podrán disfrutar de piscina de bolas y taller musical, entre otras cosas. Además de un rincón inclusivo para niños con trastorno del espectro autista. Este centro de diversión está listo para recibir 3.000 visitas diarias hasta el 5 de enero.