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Hace ya 38 años que estaba claro que había que actuar en los ríos Batán y Zapardiel para minimizar el efecto de las riadas que ... periódicamente afectan a la zona sur de Vitoria y es ahora cuando han entrado allí las excavadoras a construir esa gran balsa de laminación que será la insignia del nuevo parque Larragorri junto a Lasarte. «Pasa demasiado tiempo hasta que se desarrollan las actuaciones y eso no puede ser. Tanto retraso requiere una reflexión por parte de las instituciones». El director de la Agencia Vasca del Agua URA, Antonio Aiz, ha hecho autocrítica y exhorta a todas las administraciones implicadas en acometer las obras del plan antiinundaciones del Zadorra –Gobierno vasco, Diputación, Ayuntamiento de Vitoria y Ministerio de Transición Energética– a pisar el acelerador. Es la manera de estar mejor preparados ante inundaciones como las que hace un año sufrieron Gamarra, Abetxuko, Asteguieta y otras muchas zonas rurales alavesas.
Hace justo un año todas las personas que integraban la mesa de crisis reunida para intentar minimizar los efectos de un desbordado Zadorra incapaz de absorber toda el agua que le llegaba tras días y días de lluvias torrenciales contenían el aliento. «Estuvimos muy cerca de que las cosas fueran peores. Fueron momentos frenéticos», explicaba Carlos Arrazola, comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Se refería a que aquel 12 de diciembre de 2021 el embalse de Ullibarri-Gamboa estuvo a 21 centímetros de desbordarse. Pero aguantó porque la lluvias remitierón y también por que el desembalse comenzó un poco antes que en otras ocasiones, en concreto seis días antes. Arrazola habló de las medidas de prevención, protección y preparación que han adoptado en los últimos años los diferentes agentes implicados en la gestión de los ríos para tratar de minimizar los daños de las inundaciones del Ebro y sus afluentes. Y los embalses, ante este tipo de eventos, juegan el papel de ayudar a contener las avenidas.
La jornada contó con la presencia del presidente del sindicato agrario UAGA, Javier Torre, y de la presidenta de los concejos de Vitoria ACOVI, Nieves Quintana. Representaban a los agricultores, ganaderos y vecinos de los pueblos afectados por las riadas periódicas. Los dos coincidieron en pedir una revisión de las curvas de garantía de los embalses, en incrementar la limpieza de los ríos, en tener limpia la red de alcantarillado y apostaron por que las instituciones sean más «ágiles y eficaces» a la hora de facilitar «pequeñas actuaciones». Torre puso como ejemplo el tiempo que se tarda en conseguir permiso para retirar un árbol que atasca un río e inunda una zona de paso a fincas de cultivo.
No fueron los únicos que llevaron propuestas a la sala. El consultor en materia de aguas Julio López presentó una batería de ideas entre ellas la de construir otro canal en el río Alegría que ayude a retener agua y evite saturar el embalse de Ullibarri-Gamboa en época de lluvias o la construcción de un túnel para trasvasar agua desde el río Zubialde a Urrunaga.
Aiz ponía así el broche a la jornada Zadorra Hobetzen, organizada por URA con el objetivo de acercar la gestión de las avenidas de agua en Vitoria a la ciudadanía que contó con la presencia de la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, quien anunció que ya esta listo el proyecto constructivo de la fase cuatro de las obras antirriadas del cauce que vertebra gran parte del territorio. Se trata intervenir en entre el puente de Gobeo y la depuradora de Crispijana. Se construirán motas a modo de defensas de inundación para proteger Asteguieta y el polígono industrial de Apaolaza, se encauzará el arroyo Zuatzu y se intervendrá asimismo en la zona sur de la pista del aeropuerto de Foronda. La obra está presupuestada en siete millones de euros y se confía en que pueda arrancar en primavera. El plazo de ejecución es de 20 meses.
Queda en el aire la fase más compleja y al mismo tiempo vital para que la ciudad tenga más «resiliencia» frente a las avenidas del Zadorra, un fenómeno que no se puede evitar pero sí minimizar. Es el tramo entre el puente de Abetxuko y el de Gobeo, donde está previsto acondicionar el cauce natural del río en el meandro de Aramangelu y hacer nuevos puentes en la carretera N-622, uno de los principales accesos viarios a la ciudad desde Bilbao. Los actuales viaductos quedaron anegados el pasado año. El Ministerio de Transición Ecológica ha asumido la obra y se compromete a destinar 14 millones de euros, pero ninguno de los representantes de las otras instituciones que han participado en la jornada tenía más información sobre los siguientes pasos a dar.
Sí la tenían sobre si las fases uno y dos de las obras antiinundaciones funcionaron el pasado año. Mientras que todo fue bien entre Eskalmendi y Gamarra, entre esta segunda localidad y Abetxuko hay pequeñas modificaciones que hacer. Según adelantó el director de Planificación Hidrológica y Obras de URA, José María Sanz de Galdeano, es necesario instalar un portón desmontable en la calle La Presa de Abetxuko y recrecer el muro que rodea la zona del aparcamiento de la entrada de las piscinas de Gamarra.
Sanz de Galdeano instó al Ayuntamiento de Vitoria a intervenir en la red de saneamiento de Abetxuko y abogó por un trasvase diferente de agua entre los embalses de Ullibarri y Urrunaga de manera que este segundo pantano ayude al primero ante un episodio que obligue a desembalsar.
Más días de lluvias torrenciales y de sequíaEl calentamiento global obliga hacer una gestión del agua «integral adaptativa con la introducción de principio de incertidumbre de cambio climático». Es decir, dado que «va a haber más días de lluvias torrenciales y de sequías» en adelante, los modelos predictivos usados hasta ahora deben cambiar y también las medidas a adoptar para prevenir riadas, sostuvo Adolfo Uriarte, director de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno vasco, que abogó por soluciones naturalizadas. El paisajista Albert Sorolla puso algunos ejemplos de «soluciones basadas en la naturaleza» hechas en Cataluña para atajar inundaciones. Bioingeniería en auge.
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