Una vecina de Mendiola recoge desperdicios que dejan los visitantes de fin de semana en el pueblo. JESÚS ANDRADE

«Olárizu no es una pista de esquí»

Los concejos de Vitoria temen otro aluvión este fin de semana de postal. «Con los trineos se cargan los cultivos», claman en Mendiola

Sábado, 9 de enero 2021, 03:23

Ha sido la estampa navideña por excelencia de Vitoria. Un manto blanco rodeando los montes más cercanos a la ciudad desde principios de año. El problema es que tras esa capa por donde pasaban trineos y se hacían grandes muñecos de nieve, en ocasiones, había ... un cultivo que empezaba a crecer desde hace un tiempo perteneciente a fincas privadas. Y los dueños temen las consecuencias de los daños por surcar la tierra en esos días de diversión. «Sobre todo el día 2 y 3 de enero hubo muchas fincas privadas que sufrieron daños en Mendiola», reconoce Nieves Quintana, presidenta de ACOVI (Asociación de concejos del municipio de Vitoria), que reclaman que ese pasatiempos sea más «civilizado y cívico», se limite al camino a la cruz de Olárizu y quienes se acerquen a la zona respeten las normas tomadas por la pandemia como la restricción de grupos.

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El malestar por el gran número de urbanitas que acudieron al monte el primer fin de semana del año se evidencia sobre todo en Mendiola, donde diferentes propietarios de pequeños terrenos han sufrido las peores consecuencias. «Yo tengo una pequeña finca vallada, pero sí que ha habido fincas de cultivo que han sufrido daños después de que muchos pisaran los terrenos por la nevada», anunciaba Asier San Vicente, con la ventanilla bajada en la calzada del pueblo. «Hay quienes vienen el fin de semana y no respetan nada», le secundaba Daniel, vecino del concejo, mientras empleaba una rasqueta para retirar la nieve de su coche.

Uno de los mayores afectados es Gerardo López de Suso, agricultor con terrenos en las inmediaciones de Olarizu. Aunque no ha hecho todavía una tasación –ya que el terreno todavía se encuentra nevado–, calcula que los daños «pueden superar los 3.000 euros». Allí, el trasiego de familias y amigos ha afectado a un cultivo de trigo, cebada y sobre todo al de colza.

López de Suso entiende que no había mala intención por quienes decidieron pasar el día jugando entre los copos de nieve. «La mayoría de quienes fueron a pasar el día en los alrededores de Olarizu pensaba que no había nada plantado». Sin embargo, el gran número de personas que se congregó a las faldas de la cruz de Olárizu hacía imposible avisar uno por uno de que estaban invadiendo una superficie privada. «Habría en los alrededores de la zona más de 500 personas. Parecía una pista de esquí. Y no queremos que las fincas privadas cercanas a Olárizu se convierta en una pista de esquí», dice.

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Cuando vio la muchedumbre el pasado sábado avisó a la Policía Local. «Una patrulla acudió e informó de que era una zona privada, pero ya había pasado mucha gente», cuenta López de Suso. Más que indignación, siente «malestar» por el esfuerzo echado por tierra. «Todos los años se producen daños. Pero nunca había sido tan masivo como este año», explica. A nivel personal opina que desde el Ayuntamiento de Vitoria deberían habilitar una zona para que los vitorianos «puedan disfrutar de la nieve sin ocupar de las fincas de cultivo».

«Todos sabemos que hay quienes se tiran por fincas en trineos y causan daños. Con plásticos, los daños eran menores», resalta Mariví Sáenz de Buruaga, otra vecina de Mendiola, que ironizaba ayer por la mañana acerca de lo «idílico» que es vivir en la zona rural. «Nos encanta intentar evitar que el frío se cuele en casas con muchos años de antigüedad».Reconoce un interés cada vez mayor por vivir en la zona. A su vez ve cómo tras el confinamiento se han incrementado las escapadas de fin de semana. «Como hay más gente que viene, hay más suciedad», lamenta. Es una de las vecinas de estos pequeños pueblos que sale con bolsas de basura cuando pasea. No es raro que se encuentre mascarillas, latas o vasos de café tras el fin de semana.

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Multitudes en fin de semana

Son los sábados y domingos cuando la tranquilidad en estos concejos de Vitoria se resquebraja. El punto álgido de esta 'invasión urbanita' tuvo lugar el pasado noviembre, con el Puente de todos los Santos, cuando la movilidad en Euskadi estaba limitada. A ello se le sumó el buen tiempo, lo que hizo que muchos urbanitas acudieran en desbandada. La imagen más llamativa la relevó Hueto Arriba con 200 coches estacionados en un concejo con apenas treinta casas. Poco después, los concejos del entorno se organizaron para avisar a la Guardia urbana en caso de exceso de coches y hubo controles de acceso allí y también en Mendiola.

También en zonas de mayor altura, como Okina se repite la imagen de forasteros que acuden en el descanso laboral para hacer la ruta que va desde allí hasta Azazeta pegada al río Ayuda. Los ganaderos. Allí se cuestionan y debaten si debería haber un aforo de coches permitidos. «Los pasos se taponan y se asume que la actividad ganadera se interrumpe cada fin de semana», comenta Kike después de bromear acerca del «buen tiempo»con su vecino Víctor, mientras éste carga leña en su tractor. El mercurio tiritaba a menos 7 grados ayer en Okina. «Es verdad que con la nieve suele quedarse la gente en la zona de Mendiola», refrendan.

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Un vecino de Bolívar comprueba que el cultivo va bien. j. andrade

«No estamos preparados para esta masificación»

Acerca de Bolívar, concejo de Vitoria, hay estudios que afirman que fue allí donde vivieron los antepasados del libertador venezolano Simón de Bolívar. Si hubiera un afán turístico, ese podría ser el hilo del que tirar. Sin embargo, ese pueblo de 15 habitantes cercano a la capital alavesa no tiene mayores pretensiones. Su alcalde, Óscar López de Lacalle, reconoce que ha habido momentos de «masificación» en la zona, sobre todo en noviembre. Ahora hay más tranquilidad los fines de semana, pero no olvida cuando hasta 200 coches estacionaron en Hueto Arriba. «No estamos preparados para eso porque ni siquiera hay un aparcamiento en la mayoría de los pueblos».

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