De poco sirvió el llamamiento a no celebrar las fiestas del Rosario de Salvatierra. Parece que algunos no han entendido o no han querido entender que este año no toca, como se ha repetido infinidad de veces desde que comenzara la temporada de festejos ... patronales este verano. La noche del sábado, coincidiendo con el primer fin de semana de las no fiestas, fue de lo más movida en la capital de la Llanada Alavesa. Se saldó con doce identificados y dos detenidos por desórdenes públicos y atentado a agente de la autoridad.
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Según informó ayer el Departamento vasco de Seguridad, cerca de doscientos jóvenes se congregaron en el casco viejo de Salvatierra dispuestos a celebrar las fiestas del pueblo hasta altas horas. No es la primera vez que ocurre algo así. Por San Juan, la noche acabó con cargas policiales después de varios altercados.
Esta vez, los hechos empezaron alrededor de la una y media de la madrugada del domingo, cuando patrullas de seguridad ciudadana de la Ertzaintza realizaban labores de vigilancia por Agurain. Los agentes detectaron «una considerable aglomeración de gente, alrededor de doscientas personas», en la zona de fiesta. Antes, a la una, ya habían comprobado cómo varios bares permanecían todavía abiertos a pesar de estar prohibido a esa hora, aunque cerraron minutos después. Las ganas de celebración eran evidentes, y se llegó a lanzar un cohete que fue recibido con saltos y gritos por parte de los allí congregados.
Tras comprobar que no se estaban respetando las medidas decretadas con motivo de la pandemia del Covid-19, los ertzainas tuvieron que pedir por megafonía a los jóvenes que se disolvieran. Los bares ya estaban con las persianas bajas, y en ese momento el ambiente empezó a caldearse en la calle. Un grupo de personas «comenzó a proferir insultos y a lanzar botellas y otros objetos a las patrullas». Entre ellos piedras, vidrios y latas. También se llegaron a quemar contenedores a lo largo de la noche, que se usaron a modo de barricadas, y fue apedreado el exterior de una entidad bancaria de la localidad.
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Ante la escalada de tensión tuvo que intervenir la Brigada Móvil de la Ertzaintza y hasta ocho patrullas, que ya estaban prevenidas de que podía haber incidentes en el pueblo. Al parecer, se había realizado un llamamiento previo por WhatsApp, segíun fuentes oficiales. A la quedada en Salvatierra acudieron jóvenes de otras localidades de Álava y de Navarra.
La noche fue larga, y es que los incidentes se prolongaron hasta pasadas las cinco de la madrugada. Después de que los policías disolvieran los grupos, estos volvían a juntarse en diferentes zonas de la localidad. Incluso se llegó a identificar a tres chavales en una pieza de labranza cercana.
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Los sucesos se saldaron con un agente herido leve y doce identificados, dos de estos fueron detenidos como presuntos autores de sendos delitos de desórdenes públicos y atentado a agente de la autoridad. Ambos pasaron la noche en la comisaría de Agurain y ayer por la mañana pasaron a disposición judicial, aunque fueron puestos en libertad con cargos horas más tarde.
Pese a la gravedad de los hechos, el alcalde, Ernesto Sainz, calificó los sucesos como un «hecho aislado» y destacó «el ejemplar» comportamiento tanto de los vecinos como de la hostelería durante estas no fiestas. Incidió en que los actos de unos individuos concretos no pueden manchar la actitud general del pueblo y trasladó en declaraciones a EL CORREO que la madrugada del domingo «no hubo una batalla campal ni nada que se le parezca». El regidor aseguró que los locales hosteleros cumplieron con el horario y que la actitud general de la juventud fue «de diez».
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Se da la circunstancia de que estos hechos ocurren después de que el Ayuntamiento de Salvatierra recordara hace unos días que este año quedaban suspendidas las fiestas del Rosario. Junto a la comisión de blusas y neskas Alaitsuenak y a la asociación local de comerciantes, Acicsa, se hizo un llamamiento a la «responsabilidad», al que algunos, por lo visto, han hecho oídos sordos. Y no es la primera vez en esta nueva normalidad.
La noche de San Juan fue también agitada en Agurain. Medio centenar de jóvenes se congregaron de fiesta en un bar sin guardar la distancia de seguridad ni respetar las medidas anti Covid. La Ertzaintza procedió a desalojar el local y entonces comenzaron los insultos y el lanzamiento de objetos, que se saldaron con cargas policiales. Un vecino fue agredido por quejarse del ruido y se quemaron varios contenedores.
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