Bebés reborn en Vitoria

¿Puedes diferenciar estos bebés de uno real?

Lucen impecables. Unos con lacitos. Otros con vestiditos de pitiminí. Alguno cierra los ojillos con fuerza como si sufriera algún dolor. Pero la mayoría sonríe con una mirada que enternece al más pintado. Los bebés reborn han tomado el Gran Hotel Lakua, en el extremo norte de Vitoria. Cientos de estas réplicas -que no juguetes- se exhiben hasta las 20.00 horas de esta tarde dominguera.

Son tan hiperrealistas que cuesta diferenciarlos a simple vista de uno de carne y hueso. Realizados la mayoría en silicona cuestan «entre 300 y 3.800 euros». Es la primera vez que este fenómeno pasa por la capital alavesa. Nina Shepel, rusa afincada en Murgia, es una de las organizadoras. «Dan felicidad», se arranca esta madre de dos vástagos. «Y no, no estamos locas ni nada por el estilo», asegura junto a su stand de ropitas que bien podrían servir para engalanar a cualquier recién nacido en Txagorritxu.

Al mediodía de este domingo, el salón donde se congrega una treintena de expositores llegados de toda España bullía de actividad. Vitori se ha acercado «por mi nieta Naia». Ambas han salido «encantadas» con la visita. «Son preciosos», recitan al unísono. No pensaba igual la madre de la pequeña, de nombre María. «A ver, están muy bien, pero el que respira me ha dado cosa». Porque una de estas réplicas exhala e inhala. Hay otra que mueve los bracitos. Incluso se muestra una tercera que hace sus necesidades. Lo dicho, hiperrealismo al cubo.

A la una no cabía un alfiler en la sala, con un público eminentemente femenino. «He venido porque me lo han comentado y no me arrepiento. Qué bonitos son», ensalzaba Eugenia, vecina de la capital alavesa. Por cierto, esta legión de curiosos coincidió en los pasillos del único establecimiento de 5 estrellas de la ciudad con la expedición del Lenovo Tenerife y hasta con el entrenador del Baskonia, Dusko Ivanovic. Ambos equipos se enfrentan esta tarde en el Buesa Arena por no descolgarse de la Copa.

Los muñecos reborn, considerados verdaderas obras de arte por muchos, son también utilizados como parte de terapias médicas. «O con las personas con Alzheimer, les ayudan muchísimo», agrega Paquita, creadora venida desde Alicante. Nacieron en los años cuarenta en Alemania, tras la II Guerra Mundial. Esas mujeres querían cambiar el aspecto de los juguetes de sus hijas. Más tarde, en los años 90, se convirtió en una gran industria en Estados Unidos. Pero no fue hasta 2015 cuando se dieron a conocer en España. En Vitoria suele haber quedadas de estas coleccionistas en la Virgen Blanca y en centros comerciales.

En esta primera feria con label alavés, los neonatos más achuchables han compartido flashes con otros más imaginativos. Desde bebés faunos, a varios con rasgos de lagarto, un monito y hasta una réplica de un bebé con dos cabezas. Éste se ha vendido por 650 euros.

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