![Pueblos alaveses recurren a plantas acuáticas para depurar sus aguas residuales](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/03/11/depuradora-zigoitia-carrizos-kVfC-U2101779859469KYB-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Pueblos alaveses recurren a plantas acuáticas para depurar sus aguas residuales](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/03/11/depuradora-zigoitia-carrizos-kVfC-U2101779859469KYB-1200x840@El%20Correo.jpg)
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¿Se pueden depurar las aguas fecales de un pueblo sólo con plantas y devolverlas cristalinas al río? Desde luego. Y lo saben hasta en Dubai. El tratamiento de residuales con micrófitas en la localidad alavesa de Zigoitia fue uno de los proyectos elegidos por ... el Gobierno vasco para sacar pecho en la pasada cumbre del clima sobre soluciones a problemas insostenibles basadas en la propia naturaleza. Hace ya más de cinco años que los tóxicos y otros organismos de las aguas sucias de los vecinos de Gopegi y Ondategi los absorben las raíces de los carrizos, unas plantas acuáticas emergentes en forma de caña, que van a permitir que poco a poco desaparezcan las fosas sépticas de la geografía rural alavesa.
Kontrasta cuenta también con su propio sistema de fitodepuración y la Diputación alavesa va a construir estos humedales artificiales también en Lagrán, Lalastra y Ozaeta, según explica la directora foral de Medio Natural, María José Madeira. Detalla las diferencias entre las depuradoras que dan servicio a ciudades y grandes poblaciones y estas pequeñas charcas, viables en municipios de menos de 1.000 habitantes. El objetivo final es el mismo, devolver el agua a los ríos limpia y cerrar el ciclo, en consonancia con los retos del cambio climático.
Una depuradora o EDAR como la de Crispijana en Vitoria primero filtra los «materiales groseros» que llegan a través de las redes de saneamiento, detalla Madeira. Esto es, toallitas, algodones... Luego llega la decantación, el desengrasado, el filtrado de arenas, el tratamiento con coagulantes, los procesos aeróbicos y anaeróbicos de descomposición de organismos contaminantes, el tratamiento de lodos, la eliminación de patógenos mediante cloración, luz ultravioleta u ozonización... Todo un complejo proceso para devolver la salud ambiental a las aguas residuales.
En el caso de la fitodepuración, todo parece a priori mucho más sencillo y económico e igual de eficaz. «Responden muy bien y además es algo completamente natural». Los países nórdicos, Alemania o Francia ya hace tiempo que trabajan con estos sistemas de limpieza de aguas basados en soluciones naturales. La directora de Medio Natural explica cómo funciona el de Kontrasta, el más reciente puesto en marcha. La localidad tenía problemas para depurar sus aguas residuales domésticas y con frecuencia se producían vertidos al río Larrondoa y al arroyo Ullara-Biarra. Urgía cambiar la depuración y se optó por crear cinco lagunillas artificiales con un sistema de filtros donde el agua en principio no se ve. Está depurándose bajo jardines de carrizos comunes.
Se crea una balsa de poca profundidad con un filtro superior de grava con capas de varios grosores. Las aguas residuales llegan primero a un depósito donde se dencantan y desde ahí mediante tubos verticales se va «temporizando el caudal». «Las aguas caen como lluvia y entran directamente al filtro de grava de manera que los sólidos se van limpiando y el agua se filtra hacia abajo para que no haya olor. Sobre esa capa se plantan los carrizos cuyas raíces transportan oxígeno a esa parte baja de la balsa.
Y además esas mismas plantas absorben todos los tóxicos que se van soltando durante este nuevo proceso de decantación. Esto se logra sin olores y sin mosquitos, destaca María José Madeira. Todo tiene su proceso. Se vierte agua cada dos días y se deja filtrar entre cinco y siete días antes de ser devuelta limpia al río. De ahí que haya varios humedales de estos en cada fitodepuradora para ir compaginando diferentes fases.
Se eligen carrizos, agrega la directora de Medio Ambiente, porque son plantas acostumbradas a vivir semihundida y capaces de aprovechar la humedad del suelo en momentos de sequía. «Y tienen alta tolerancia a la materia orgánica e incluso absorben netales pesados», matiza la directora.
Para su instalación no vale cualquier terreno, ya que hay que asegurarse que no existe riesgo de que se contaminen acuíferos. Tras la fitodepuradora de Kontrasta están previstas las de Lagrán, Lalastra y Ozaeta. «Los pueblos están muy implicados», destaca Madeira.
El resultado es un sistema de depuración ecológico y sostenible, integrado en cualquier entorno natural. Su explotación es simple y el mantenimiento mínimo», destaca la responsable foral. Además de necesitar poca energía, estas plantas se caracterizan por ausencia de olores, insectos y ruidos molestos y además, «en las balsas de fitodepuración no existe producción de lodos activos».
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