El HUA participa en una investigación para reducir el intento de suicidio en adolescentes

La investigación se centra en chicos y chicas de 13 a 18 años y detrás de cada caso aparece una historia muy diferente. No existe un perfil común aunque los intentos de suicidio entre los más jóvenes. «Se dan en edades más tardías, no en niños muy pequeños, y son más frecuentes entre ellas», retrata la jefa de Psiquiatría de la OSI Araba, con sede en el hospital Santiago, Ana González Pinto. Y, si han tratado una vez de quitarse la vida, hay «más probabilidad» de que no vaya a ser la última. El proyecto Survive, con el HUA como único hospital vasco en la iniciativa, pretende precisamente que la idea no vuelva a pasar por sus cabezas y para ello ofrece, primero, una terapia cognitiva-conductual «para que aprendan a reconocer sus emociones o modificar sus pensamientos», plantea la especialista. Las sesiones son presenciales y se inician días después del terrible episodio con el que querían poner fin a todo.

El programa al que se han sumado otros siete hospitales (Clínic, Parc Taulí y del Mar de Barcelona, La Paz y San Carlos de Madrid, Central de Asturias y Virgen del Rocío en Sevilla) quiere ayudar a estos pacientes a detectar esas señales que les avisan de que algo no va bien en su interior, a identificar cómo salir de esa situación -con deporte, música...- y a buscar a sus «personas de seguridad», esas a quienes recurrir «cuando se sienten angustiados», explica González Pinto, que presta su experiencia al proyecto junto al resto del equipo del servicio de Psiquiatría del HUA. Allí saben que la pandemia ha machacado la salud mental -la OMS ya lo avisó meses después de la aparición del covid- y que «a los que más les ha afectado ha sido a los jóvenes». La prueba es que ellos representan ya el 40% de la demanda de esta red en Euskadi.

La comunidad autónoma, sin embargo, cuenta desde hace poco con un importante aliado, «el código de intento de suicidio» implantado en todos los servicios de Urgencias y de salud mental de Osakidetza. El objetivo es que estas personas «sean atendidas en un máximo de 72 horas» en su correspondiente centro especializado en la materia. «Por fin se está dando importancia a este tema», recalca la especialista, que considera que la población general puede detectar asimismo señales de alerta entre los adolescentes con ideas suicidas. «Cuando alguien dice que se quiere quitar la vida hay que hacer caso y buscar tratamiento, no pensar que sólo quiere llamar la atención», aconseja. También advierte de los cambios «muy bruscos» del comportamiento, las situaciones depresivas, la ansiedad... como otros avisos.

González Pinto reconoce, eso sí, el salto que han dado los más jóvenes en el tratamiento de la salud mental. «Abordan el problema con mucho menos estigma, hablan abiertamente de si se encuentran mal o no... Se ha mejorado la información», dice. Y la participación del HUA en el proyecto Survive -dispone de un estudio propio para adultos que han intentado suicidarse, 85 actualmente en el caso alavés- permitirá también que el territorio vaya un paso por delante a la hora de afrontar este problema. «En la medida en la que estás con los mejores centros del país en esta investigación hay un traslado más rápido en la aplicación».