El Principal, un teatro levantado por suscripción popular

En el momento, con la amenaza de un conflicto que sería conocido como Primera Guerra Mundial, el clima no fue el más apropiado para reponer el recurso. Algo más tarde, en una visita de Alfonso XIII a Vitoria, el monarca fue informado de que la ciudad se había quedado sin su teatro. Entonces el rey promovió que un grupo de amigos se reuniera en el Círculo Vitoriano y se hiciera cargo de la iniciativa para hacer un nuevo local teatral.

Entre los comprometidos con la causa sumaron 250.000 pesetas, que no eran suficientes para comprar la parcela que era propiedad de Eléctrica Vitoriana y levantar allí un edificio. Así que se abrió una suscripción de acciones a cien pesetas de valor nominal, con una buena respuesta popular que se tradujo en que la suma para el proyecto llegó a las 385.00 pesetas.

Una vez formada ante notario la sociedad Nuevo Teatro de Vitoria, el arquitecto Cesáreo Iradier hizo efectiva su colaboración altruista con el proyecto, en el que contó con la colaboración de Javier Aguirre e Iturralde. Adquirido el solar, los trabajos de construcción dieron paso a otro tipo de obras en el local que debutó como Nuevo Teatro.

Fue el 18 de diciembre de 1918 cuando se levantó el telón. Entonces, se representó ‘La corte de Napoleón’, con la compañía de ópera y opereta Garnieri -Marchetti, con la que inició un siglo al que pondrá la guinda Lola Herrera. Ya en enero de 1919 se proyectó la primera película en la sala de la calle San Prudencio, ‘Tosca’, lo que abre el melón de otro centenario por llegar.

El actual teatro adoptó el nombre de Principal en diciembre de 1951. Era la idea del proyecto inicial y, además, el homenaje a su antecesor, que ocupó el lugar donde había estado el hospital de la ciudad, entre 1822 y 1914.

Durante varias décadas el Teatro Principal fue utilizado como sala de cine, hasta que fue adquirido por las instituciones alavesas «con el objeto de devolver a la ciudad el único teatro disponible en unas condiciones dignas para el público». Fueron el Ayuntamiento de Vitoria, el Gobierno vasco y la Diputación Foral de Álava quienes realizaron la profunda remodelación del local que culminó en 1992.

A partir de entonces, la tarima de la calle San Prudencio adquiere «toda su dimensión como centro aglutinador de la vida cultural de la ciudad, acogiendo eventos tan reconocidos y aceptados como el Festival Internacional de Teatro o los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi». Cada año, el Principal acoge una media de 160 representaciones de todo tipo de espectáculos relacionados con las artes escénicas.

«La celebración del centenario del Teatro Principal constituye un evento de gran trascendencia y representa una gran oportunidad para poner en valor el propio teatro, de forma que la ciudadanía se siente orgullosa de su pasado y de su presente, mirando como estamos mirando hacia el Teatro Principal del futuro», apuntó ayer la concejala Estíbaliz Canto. Ahora queda pendiente la fecha de las nuevas reformas.