El público del Principal en la reapertura de julio, con mascarilla y en butacas alternas . blanca castillo

Un jarro de agua fría para la escena vitoriana

El Principal tendrá que devolver 50 entradas ya vendidas en algunos espectáculos para ajustarse a la limitación del aforo a 400 personas

Martes, 20 de octubre 2020, 02:27

La limitación del aforo en locales cerrados a 400 personas debido a la pandemia ha caído como un jarro de agua fría en el principal teatro de Vitoria. «No nos lo esperábamos», comentaba ayer Marta Monfort, responsbale de la Red Municipal de Teatros de Vitoria, ... en la rueda de prensa de un espectáculo en el marco del festival que se celebra hasta noviembre. El Teatro Principal es el único espacio de la capital alavesa al que afectaría este cambio de normativa que no entraría en vigor como pronto hasta el viernes. El aforo en el buque insignia de la calle San Prudencio hasta estos momentos se limitaba al 50% (450 entradas), una vez descontado el personal técnico. «Afecta tan solo por una diferencia de cincuenta entradas», explica Monfort.

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Aunque desde la Red Municipal de Teatros avanzan que se encuentran a la espera de que la orden entre en vigor para tomar medidas, ya este sábado limitaron a esa cifra (400) las entradas a la venta para todos los espectáculos anticipándose al nuevo escenario. La limitación, sin embargo, conducirá a fórmulas más complejas, ya que para numerosos funciones en agenda –como 'Los hijos' (5 de noviembre) o 'Una noche sin luna' (13 de noviembre)– se han agotado las 450 entradas que se pusieron a disposición del público.

En estos casos, el departamento de Cultura valora como principal opción contactar con los últimos 50 compradores para anunciarles que no podrán acudir y devolverles el importe. Otra opción que se ha planteado, aunque menos probable, es devolver todas las entradas y habilitar de nuevo los canales de venta, limitada a 400 pases.

Antecedentes

Esta restricción de aforo no afecta a los equipamientos de los centros cívicos, ya que parten de un aforo que no supera el límite establecido. De hecho, la presencia en el de mayor capacidad –Teatro Félix Petite del C.C. Ibaiondo– se limita a 150 personas.

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En los últimos días, el equipo técnico de la red teatral ha consultado cómo han encarado restricciones similares otros equipamientos anteriormente. Un antecedente es el Teatro Gayarre, en Pamplona, donde los aforos se reducieron hace unas semanas «Allí han tenido que llamar a cien personas para devolverles las entradas», cuenta Monfort. A pesar del varapalo que supondría notificar a estos compradores que no podrán asistir, Monfort subraya que se acoplarán a las medidas. Al mismo tiempo, en la red de teatros albergan una ligera esperanza de que cambie la normativa y se tenga en cuenta que en los recintos culturales no se han producido contagios. «En todo caso, hay que adaptarse con el convencimiento de que hay que seguir, aunque sea para cien personas».

Un mal generalizado

En otros escenarios vascos el perjuicio es muy diferente en función de sus aforos. Así, el Euskalduna solo podrá sacar provecho al 18,5% de su capacidad total (2.164 butacas), mientras que en julio, cuando se admitía el 50%, llegó a rozar las 1.000 personas en el concierto de Amaral y acogió 44 espectáculos que atrajeron a más de 4.800 aficionados a las artes escénicas. Ahora, en el nuevo escenario de las restricciones, se desconoce lo que sucederá con el concierto de Gatibu (7 de noviembre) y el de José Luis Perales (5 de diciembre) que ya han colgado el cartel de 'no hay billetes' con una capacidad de 600 butacas.

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El Teatro Arriaga de Bilbao, con una capacidad máxima para 1.200 personas, afronta un panorama menos complicado porque el show que más interés ha suscitado es el de Asier Etxeandia ('Mastodonte'), previsto para el 7 y 8 de noviembre, que ha vendido unos 370 tickets. Entre los demás títulos, destacan 'Ama Kuraia' y 'Madre Coraje'. Ambos han vendido entre 200 y 300 billetes por función. «La ventaja es que, desde hace ya un tiempo, la gente compra muy tarde las entradas. Eso nos da margen para adaptarnos».

El Kursaal donostiarra, con capacidad para 1.800 espectadores, se adaptará contrarreloj para mantener en cartel a la cantante Izaro. La vizcaína iba a dar cuatro conciertos consecutivos para 600 personas y ahora serán 6 para 400. Eso obligará a los gestores a devolver todas las entradas y sacar otra vez a la venta los nuevos conciertos.Para Iker Goikoetxea, director gerente, la limitación a 400 entradas «hace muy complicado que la iniciativa privada se anime a programar. No les sale rentable».

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