El Principal, en cuarentena

Quizá hace falta recordar que la fiesta no está reñida con la calidad cultural. El teatro físico, las piezas de microteatro o los nuevos lenguajes escénicos circulan por festivales veraniegos combinando un carácter canalla, divertido e innovador con el espíritu del contexto. No obstante, esta programación olvida que hay un sector de los espectadores que disfruta con las tendencias teatrales, no televisivas. Es comprensible que se consuma algo de comida rápida pero alimentarse una temporada a base de eso genera carencias. Al fin y al cabo, si alguien toma pizza todos los días no se puede sorprender del nivel de colesterol y si se apuesta por un entretenimiento de este tipo no se pueden buscar soluciones milagrosas ante la falta de nuevas audiencias. Al cuerpo se le nutre a diario y es evidente que al alma escénica también.

Esperemos que el Principal se recupere de esta enfermedad creativa que atraviesa. De momento parece que la escena entra en cuarentena y que nos podemos alegrar al ver que entre los primeros nombres de la siguiente programación no se encuentre 'La isla de las tentaciones'.