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«Si has hecho una de vampiros, ahora te falta una del Oeste», le picaban los amigos a Jesús del Val. El joven alavés no tenía demasiados medios ni –según confiesa ahora– demasiado de guionista en aquella época. Pero, como aquel Marty McFly que se ... disparaba al escuchar 'gallina', quien había dirigido 'Simplemente el vampiro' en 1972, desenfundó y disparó. No era un Colt 45, sino una cámara de formato Súper 8 que no disponía ni de posibilidades de sonido.
Pero en aquel 1975 en el que acabaría sus días el dictador Franco los jóvenes tenían tantas ganas de aventuras y libertad como los vaqueros de las películas. Y se pusieron a ello, al galope. «El primer 'perretxiko western' se rodó en Víllodas, Margarita, Lermanda y Vitoria», recuerda el realizador e impulsor de un proyecto en el que invirtió lo que le costó la película para filmar. El exiguo equipo técnico se completaba con «un par de antorchas de luz», todo transportable en cualquier utilitario o incluso a lomos de un caballo.
jesús del val
Director
«No había recursos y teníamos que usar el ingenio», así como el buen hacer de actores y actrices con su apañado vestuario, además del apoyo en elementos de atrezo por parte de «las compañías La Farándula y Campamento Feliz de Samaniego». Y, en la misma línea, a falta de plató, las localizaciones en interiores se hicieron en el edificio que es el actual Parlamento Vasco.
«Estaban desmontando el Instituto Ramiro de Maeztu. Conseguimos una llave y, aunque aquello estaba hecho un auténtico desastre por dentro, montamos el 'saloon' en el salón de actos y un banco en un despacho», recuerda Del Val. El hijo del gran cronista vitoriano Venancio –a la sazón, periodista de EL CORREO– agrega que aquellos veinteañeros aprovecharon la colección de animales disecados para obtener plumas de rapaz para el penacho de un indio o recuperaron como atrezo una piel de un oso conservada mediante taxidermia.
Del Val recuerda que, durante el rodaje, hubo una manifestación en Vitoria y los 'grises' se emplearon a fondo. Quienes escapaban de ellos se llevaron un buen susto por las detonaciones que escuchaban por delante, provenientes de la reyerta del Oeste en el antiguo instituto de La Florida. El también autor de 'Killing Paquito' -un corto de 2013 en torno a un atentado contra Franco- asegura que «lo he pasado muy bien haciendo cine en primera regional», aunque hoy está más centrado en la escritura de sus novelas.
En el caso de aquel western, entre los cerca de 60 participantes, estaba un joven Txema Blasco –«era su segunda o tercera película»–, así como Enrike Ruiz de Gordoa, José Mari Frutos, el Celedón de Oro José Antonio Cristóbal o Mikel Añúa. También, Ana Carmen del Val o el cineasta Juan Carlos Ruiz de Gordoa –con quien Del Val codirigiría 'El Sacamantecas' (1979)–, además de músicos como Pedro Osés o Moncho Ruiz Espinosa, de quien el director recuerda que no era precisamente un apasionado de los caballos.
Y en este recorrido por los tópicos del género –sonorizado en 1976 en un local de la Diputación y estrenado al año siguiente, con una hora de duración– había de todo. Desde un atraco a un banco a ataques de indios, forajidos y tipos duros o una buena pelea en el 'saloon'. Del Val quiere atender algunas peticiones y subirlo a You Tube, pero el título se antoja complicado: 'El feo, el malo, el tonto, el jefe, el chico, la chica, el sheriff, el reverendo, los indios y unos amigos de Minnesota'. Serían los típicos forasteros.
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