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Es un inquieto artista que lo mismo enseña animación en Singapur que en Madrid o en Bogotá. Pero este ganador de un Goya en 2009 con Manuel Sicilia ('El lince perdido'), afincado desde los años 80 en Los Ángeles, se acerca en estos días ... a Vitoria, de la mano de la asociación Apika y la productora Zeppelin, con la colaboración de la Fundación Vital. Y, entre hoy y mañana, desgranará los secretos de las técnicas de storyboard en la Casa del Cordón. «Vivimos en un mundo donde lo visual está presente en casi todos los lados. Todo lo que tenga que ver con una narrativa con imágenes tiene este primer paso para montar esa historia», explica el artista. Agrega que «el storyboard resume en viñetas los diferentes acontecimientos que van a tener lugar en ese cómic, película, publicidad, corto o videojuego», pero advierte que luego «cada medio tiene su lenguaje».
García recorrerá en la capital alavesa la historia del storyboard, «cómo empezó y los distintos tipos que existen. La segunda jornada quiero dedicarla al análisis de diferentes ejemplos, proyectar uno de mis cortometrajes y, digamos, desmontarlo, para explicar la realización de la historia a través del uso de esta herramienta y cómo se plantea hacer algo desde cero», avanza.
Como realizador, Raúl García ha rodado tanto el filme 'Narraciones extraordinarias' como 'La caída de la casa Usher', lo que lleva a la figura de Edgar Allan Poe. «Fue el primer libro adulto que leí, con 11 años pasé de leer cómics a Poe directamente. Me marcó bastante, porque me abrió las puertas a un mundo literario que no conocía y a todas las películas y cómics en torno a su obra. De paso, también hacia Lovecraft y otros autores de terror, hasta llegar a 'El Señor de los Anillos'».
Su larga y exitosa aventura americana empezó «como una acumulación de momentos perfectos. Desde los 19 años me he dedicado a la animación. Fui de país en país buscando un proyecto interesante. Acabé aterrizando en Londres, donde trabajé en la película '¿Quién engañó a Roger Rabbit?', con Disney y Amblin». «Al terminar, no hubo forma de hacer un estudio común. Pero Disney nos fue llamando a los animadores para invitarnos a trabajar en Los Ángeles. Era la segunda época dorada de Disney, que empezó con 'La sirenita' y 'La Bella y la Bestia'», recuerda este pionero en Hollywood.
«Fui muy afortunado de que, además, me llamaran ellos. Era el primer animador español en Disney, una experiencia terrorífica, porque 80 años de historia estaban a mis espaldas: lo que hiciera tenía que ser comparable a los grandes clásicos como 'La Bella Duriente', '101 Dálmatas' o 'Blancanieves'. Era una responsabilidad tremenda, el primer día casi veía al fantasma de Walt Disney detrás de mi hombro, diciendo ¿qué hace este aquí?».
También sintió otra responsabilidad, ya que «me jugaba el futuro de mis compatriotas, porque si no lo hacía bien sería una marca negativa para quien viniera después. Pero también fue cumplir mi sueño desde los 8 años». Y confiesa que ni 'El Rey León', ni 'El Jorobado de Notre Dame', ni 'Pocahontas', 'Hércules' o 'Fantasía 2000' llegan tan hondo como aquella lámpara mágica. «En mi corazoncito siempre hay un puesto para 'Aladdin', que fue con la que empecé en Disney. Estuve en 'La Bella y la Bestia' pero por muy poco tiempo, con la producción muy avanzada».
Agrega que «trabajar animando al genio fue un gran honor, una experiencia inolvidable». En este sentido, García señala que «ahora, los animadores son un poco trabajo a destajo dirigido por un cúmulo de ejecutivos. Antes, el departamento era algo pequeño, con artistas dirigidos por artistas. Fue una gran oportunidad conocer a Robin Williams y a todo aquel equipo», recalca.
El reconocido experto Raúl Gómez es, también, uno de quienes criban las aspiraciones a los más famosos premios en el mundo del cine. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood «desde dentro es como cualquier otra asociación, lo que pasa es que con los Oscar tiene ese bagaje cultural de prestigio que hay que conservar. Llevo cerca de 25 años como miembro de la junta ejecutiva de la Academia y es un montón de trabajo seleccionar las películas nominadas, el proceso de organizar todo para que haya una representación global de lo que se hace. Especialmente, en la rama donde estoy, que es la de cortometrajes de animación e imagen real y largometrajes de animación», detalla el creador madrileño.
Gómez apunta que «hace ya 21 años que existe el Oscar a la animación, pero en su momento tuvimos que luchar para conseguir que la Academia lo concediera». Y es que entonces «había como mucho 6 películas al año y en 2019 hay 36 preseleccionadas para elegir las 5 nominadas. Ha sido interesante ver cómo esta rama de la academia ha ido creciendo», destaca.
La más reciente galardonada, 'Spider-Man: Un nuevo universo', rompe la línea habitual de filmes animados con Oscar. «Ahí yo tengo mi personal batalla: la animación es una técnica, no un género. Y, aunque a menudo, es cine infantil y familiar, permite contar cualquier tipo de historia. Mientras en Japón y otros países de Asia es algo muy asimilado, en el Oeste se ve más como un género. Con 'Narraciones extraordinarias' quise demostrar que se puede hacer cine de terror con un estilo de animación diferente», defiende este maestro de los fotogramas.
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