Los presuntos asesinos del joven de Oion «se recrearon» con la víctima inconsciente en el suelo

Los agresores, seis jóvenes de entre 14 y 25 años, entre ellos dos chicas menores y todos con antecedentes, actuaron «sin escrúpulos» y «se recrearon en el lugar de los hechos» con Isam «inconsciente». La víctima tuvo la mala fortuna de encontrarse con sus asaltantes -a los que no conocía de nada- en su camino en bici de vuelta a casa, el que hacía a diario al salir de trabajar. Aunque ese día no tuvo jornada laboral y venía de pasar la tarde con un amigo en Logroño, explicó el inspector, Eduardo Esteban, jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial que ha liderado la investigación.

Antes de enfilar la carretera para salir de la ciudad, Isam hizo una parada en el parque del Ebro. Eran las 23.15 horas. Un grupo de seis jóvenes se le acercó y uno de los chicos le pidió un cigarro. La víctima se negó a dárselo y entonces comenzó una discusión con insultos y agresiones al vecino de Oion, con puñetazos hacia su cabeza y patadas por el cuerpo, «algo brutal» dijo el jefe superior de la Policía, el comisario Jesús Herranz. En la paliza «participaron todos», propinando golpes o «animando» a darlos.

Los presuntos autores de esta muerte violenta abandonaron el lugar «sin dar demasiada importancia a lo que habían hecho y a cómo habían dejado» al joven, malherido, tirado inconsciente y sangrando. Pero apenas pasados dos minutos regresaron «para quitarle todo lo que lleva encima», según el relato de uno de los adultos implicados a la Policía. Las chicas, hermanas de 14 y 16 años, también reforzaron esta idea: «Sí, sí, vamos a quitarle todo lo que lleve», dijeron.

Le robaron la cartera, el teléfono móvil, la bicicleta, el poco dinero que llevaba y la cazadora, un plumas que Isam había comprado tres días antes y que, además de dar nombre a la operación, ha sido una prenda clave en la investigación. «Y de nuevo le propinaron sucesivas patadas y puñetazos, dejándolo definitivamente abandonado», reiteraron los responsables policiales. El inspector Esteban tiene claro que «volvieron para rematarle».

«Si le hubieran prestado ayuda en el momento de los hechos, se habría podido salvar la vida». Pero en cambio, afirmó el comisario Herranz, «le anularon cualquier posibilidad de defensa, se aprovecharon de la soledad del lugar y limitaron la asistencia a la víctima al dejarle sin móvil», lo que demuestra, «un desprecio total a la vida ajena».

Con Isam Haddour ya agonizando -así pasó toda la noche hasta que el miércoles por la mañana fue encontrado con un hilo de vida por un ciudadano que paseaba con su perro-, sus agresores se marcharon «haciendo vida normal» e incluso recreando la agresión «moviendo los brazos y las piernas». Así se aprecia en las cámaras de seguridad que registraron sus movimientos, entre ellas las de la Biblioteca de La Rioja, en la calle Portales. A la mañana siguiente, el chico fue trasladado al hospital San Pedro donde fallecía horas después.

Cuando les graban al pasar por la zona apenas habían transcurrido veinte minutos de la brutal paliza. Pero en ese momento empiezan a darse pasos para esclarecerse la resolución del crimen. Pasadas las 23.30, con la hora de toque de queda rebasada, agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana dan el alto en Portales a este grupo de jóvenes e identifica a los seis. Todos ellos eran conocidos de la Policía Nacional por haber cometido delitos de daños, contra el patrimonio o contra las personas. Entonces los agentes aún no sabían que tenían los nombres de los presuntos autores de un asesinato.

No todos los jóvenes se fueron a casa porque al menos uno de ellos era detenido poco después por robar en una caseta de obra «tras haber cometido el brutal asesinato y sin ningún remordimiento», relata la Policía. El arrestado llevaba una cazadora nueva, el plumas que le habían arrebatado a Isam al mismo tiempo que le dejaban casi sin vida. Todavía los agentes desconocían su implicación en el crimen. Pasó la noche en el calabozo y al día siguiente quedó en libertad.

Ese miércoles por la tarde Isam fallecía en el hospital como consecuencia de las heridas ocasionadas por las patadas y puñetazos que le causaron un derrame cerebral masivo. Para entonces, agentes del grupo de Homicidios y expertos de la Brigada Provincial de la Policía Científica ya habían comenzado una investigación. Empezó a dar sus frutos el viernes, cuando era detenido el primero de los implicados en el asesinato, el mismo joven que fue pillado robando tras dejar agonizando al vecino de Oion.

Se había puesto en marcha la 'Operación plumas' que en tres días, hasta el domingo, se saldó con seis arrestos. Ese viernes era detenido el segundo agresor. El sábado, la Policía arrestaba a otros dos y realizaba los primeros registros domiciliarios en los que se incautaba de ropa y efectos personales que llevaban los asaltantes y en los que habría restos de sangre de Isam. Y el domingo se completaba la operación con la detención de las dos hermanas menores de edad.