La creatividad y el espíritu navideño se suman en una iniciativa construida a dieciséis manos. Un total de ocho internos del módulo 4 de la cárcel de Zaballa ha dado forma a un original belén, elaborado desde cero y con materiales disponibles en el interior ... del centro penitenciario Araba, según la nomenclatura preferida por el Gobierno vasco desde que el pasado octubre asumiera la gestión de las prisiones en Euskadi.
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«Hay otras propuestas, de cara a un concurso en el centro, pero estos chicos son los que yo tutorizo y he querido dar a conocer su trabajo«, expone el profesor y actor Juanjo Monago, que imparte clases en Zaballa. Así que ha obtenido permiso para fotografiar la propuesta belenística y poder destacar así la labor de equipo de Jon, Johnny, Iker, Mohamed, Pedro, Marcos y Luis, unos nombres ficticios que sirven para designar a los internos.
Y es que no sólo han trabajado unas 2,5 horas diarias a lo largo de mes y medio, según calcula el profesor. Además, han tenido que usar el ingenio y recopilar materiales disponibles en el recinto penitenciario, incluido el taller ocupacional, para dar forma a ambientes, lugares y personajes humanos, divinos y animales.
Entre estos últimos hay toda una granja. Desde los patos, gansos y cisnes hasta las reses de vacuno, pasando por las inevitables ovejitas e incluso por algún pez recién pescado. Y entre los humanos se presentan ante la mirada del espectador diferentes profesiones, como la del herrero, el panadero, la mujer que despieza una res, algunos tenderos o el carnicero, con una bien provista tienda donde unos clips o alambres han servido para ejercer como ganchos para las diversas viandas.
Entre los materiales empleados, destaca el uso de arcilla para los vecinos y los animales. Luego, la pintura les ha dotado de coloridas ropas y de rostros propios. «El trabajo lo han hecho entre todos, pero hay uno que era el mejor pintando y se ha encargado de manera especial de los colores», aclara el docente.
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Pero en toda esa extensión de unos 2 por 1,5 metros –más o menos, una puerta bastante ancha– hay todo un despliegue de materiales, sobre una base de bolsas de basura. Desde los posos de café, papeles de periódico o cartones hasta tierra negra y clarita con piedrecitas, hierbas y piedras de diversos tamaños crean un suelo donde se yerguen edificios de arcillas, cartón pintado o ventanas de madera y tejados a base de tablillas de cajas de fruta. El río es de botelas de plástico y las cortinas, trozos de camisetas. Y hasta han 'invitado' al volcán de La Palma.
«Son días muy duros dentro de la cárcel, ya que el ambiente se vuelve nostálgico y hasta triste», expone el tutor de los internos. «Han aprovechado el tiempo y han dado una lección de abstracción», resalta con orgullo.
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