Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Por los quirófanos del HUA, en sus sedes de Txagorritxu y Santiago, pasaron el pasado año nada menos que 32.700 alaveses. La seguridad del paciente es norma y tanto cirujanos como enfermeras, anestesistas o radiólogos tienen que cumplir a rajatabla con una serie de ... precauciones antes y después de cada intervención. Una es la de contar cada gasa o compresa que se utiliza para evitar que ninguna se quede dentro. Pues bien, dos enfermeras de quirófano, Nagore Martínez de Aguirre y Miren Itsaso Fernández de Gobeo, han rizado el rizo y han dado con una manera más precisa y rápida de contar esas esponjas que les ha valido el reconocimiento del Ministerio de Sanidad a las buenas prácticas sanitarias y más recientemente el aplauso de Osakidetza.
Nagore y la supervisora Miren Itsaso ya tenían su idea en marcha en 2019 y en noviembre llegaron a formar a 200 compañeras para ponerla en práctica pero el covid paralizó todo y no retomaron el protocolo hasta 2021. Y han implicado hasta a la responsable de recursos materiales, Cristina Quesada, que ha hecho posible conseguir las perchas o columnas portagasas diseñadas por ellas mismas y las bolsas especiales que ya están repartidas por todos los quirófanos de Vitoria y que son claves en todo este proceso. Ya no se tiran al suelo ni se cuelgan de ganchos y quien hace el recuento las ve casi de un golpe de vista.
«Siempre que se hace una intervención quirúrgica todo lo que se mete en la cavidad hay que contarlo. Una gasa blanca que se mancha de rojo a veces es fácil perderla y siempre, siempre se cuenta todo, también el instrumental», explica Eugenia Campo, jefa del servicio de Cirugía General. Si algo no aparece, en última instancia quedan los radiólogos. «Las telas llevan una marca radiopaca que se ve enseguida», agrega. En una cirugía compleja pueden utilizarse hasta cien unidades de diferentes esponjas.
En la OSI Araba ya nadie cuenta a su manera, se ha estandarizado. No se puede cortar ninguna tela y si se necesita más pequeña, se coge otra. Y hasta se utilizan los mismos números en las pizarras. Y cada gasa, compresa o lentina que se utiliza acaba en unas bolsas con diez compartimentos transparentes y con fondo azul. «Se van depositando de abajo a arriba y cuando está completa se pone otra bolsa», detalla Miren Itsaso. «Todo es más rápido, más visual y las profesionales de limpieza además lo agradecen mucho».
El protocolo establece que dos personas cuenten las esponjas antes, que las cuenten tras la intervención antes de cerrar la piel y de nuevo al final del proceso. Todo tiene que estar clavado. Una gasa que se queda dentro puede provocar una grave complicación.
«La sensación de la enfermeras es buena, las perchas ocupan poco sitio, para ellas es mucho mejor y más limpioy la gestión de las esponjas es más fácil», resumen Martínez de Aguirre y Fernández de Gobeo.
Ya no hay quirófano de la OSI Araba que cuente de otra manera y a las responsable de la premiada idea les consta que hay interés en otros hospitales para empezar a aplicar un método que ademán tiene un bajo coste.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.