«A este precio puedo estar todo el día dando vueltas»

«Qué gozada», exclamaba Arantza Bilbao en compañía de su marido, Santiago Sáez de Villaverde. Ambos regresaban a su barrio, Lakua, desde la parada de tranvía del Parlamento tras tomar un desayuno majo por el centro. «Ahora podemos estar todo el dando vueltas», decía. Y no es para menos. Además, por ser jubilados, pueden hacerlo casi el doble de veces y por un precio irrisorio. «Antes nos costaba 30 céntimos, ahora 15. Ya me dirás si me beneficia. Y más con todos los gastos a los que tenemos que hacer frente ahora», aseveraba.

La inflación ha motivado esta medida y también se nota. Los usuarios de transporte público cada vez miran más el saldo, como Pili Pérez. Ella volvía a Gazalbide tras hacer la compra. «Me viene genial. Uso el tranvía casi todos los días porque la parada de Euskal Herria me pilla al lado de casa. Ya me gustaría que el supermercado estuviera también más barato», contaba.

En la estación de trenes el goteo para sacarse el ahora famoso abono no ha dejado de ser constante. Los primeros días apenas se podía sacar por la taquilla, pues no pocos intentaban sortear la cola de turistas intentando adquirir el billete de viajero recurrente por máquina. Tanto que este mismo día de estreno Renfe puso a una chica solo para atender dudas junto a la expendedora de billetes.

Y otros tantos ya aterrizaban en Vitoria satisfechas de esta ganga que estará entre nosotros hasta finales de año. De Miranda llegaron Marta Martínez y su hija Carmen, que iban camino de su consulta en Txagorritxu. Pero Carmen ya se había cogido su abono incluso para ir este año a la universidad, en Salamanca. «He puesto una fianza de 40 euros. Eso es lo que costaba hacer un solo viaje antes y ahora si hago 16 me cuesta cero», se felicitaba la universitaria. «Así los estudiantes también pueden volver más a casa», añadía feliz su madre.

También había quien no quería que le dieran gato por liebre, más si estás seguro de que los 16 viajes que necesitas para que te reintegren la fianza los vas a hacer seguro. «Me he acercado a la taquilla para ver si me han contado este viaje porque no ha pasado el revisor», compartía Javi Landa, vecino de Agurain. «El abono me ha venido de lujo porque ahora tengo que venir mucho a Vitoria para hacer rehabilitación de la espalda. Antes cada viaje era algo más de tres euros. Si te ponías a sumar, ya era un pico...», meditaba.

A falta de que empiece también el curso universitario, a la estación de autobuses ya se acercaban muchos jóvenes y sus padres para informarse de los nuevos precios de los abonos. El más común es el que deja a los vitorianos en Deusto, Sarriko o Leioa. Hasta esta última sede de la UPV tiene ir Janire Fernández, que empieza este año Periodismo. «La otra compañía que hace esta línea ha subido los precios por el combustible. Al final acabaré cogiendo el abono anual de La Unión», aseguraba convencida.

Ainhoa Monterroso no notó el descuento en su viaje en Lurralde Bus de Bergara a Vitoria porque tenía la Mugi caducada. Pero esperaba aprovechar los descuentos hoy en el tranvía camino de la 'uni'. «También he comprado el abono de Renfe para ir a Madrid un par de días a visitar a una amiga. Son solo 20 euros que perderé, pero es que antes solo un viaje ya costaba más».