Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Me ducho todos los días con 'Blues de la Frontera' de Pata Negra. De mi admirado Rafa Amador, uno de los mejores guitarristas del mundo, al que luego la heroína destrozó. Era un hombre que no sabía solfeo, pero sabía mucha música». Esta última palabra ... es la clave en la vida de Jesús Mari Alegría, Pinttu. Nativo de Araia (1949), fundador de Músicos Sin Fronteras hace un cuarto de siglo, también es el Alavés del Mes de octubre de EL CORREO.
– Los premios –y más si vienen de un periódico– tienen diversas lecturas. ¿Cuáles son las primeras que le vienen a la cabeza?
– Lo primero, que soy muy mayor. Tengo la mente joven y el cuerpo, mayor. Es lo que sufro todos los días y lo único que me hace cuidarme es la ilusión por hacer algo más en la vida.
– ¿El concierto de la solidaridad nunca se acaba?
– La solidaridad es algo que tiene que perdurar. Aunque arreglemos el mundo, siempre habrá algún bajón. Cuando lo tenga tu semejante, hay que estar. Ahí está la música, en diferentes tonos y ritmos. Hay diversos medicamentos musicales para levantar esa moral.
– Pero siempre es bueno poder hacer más bises...¿no?
– Sí, totalmente. Creo que la música es la batería que nos recarga la nuestra, nuestra banda sonora, hasta los planetas tienen música. Es un alimento que en estos momentos en Siria es, además, una medicina. Estoy totalmente convencido.
– ¿La batuta le ha pesado en más de un movimiento?
– A veces te choca que te llamen loco o zumbado y te digan '¿cómo te metes en esos líos?'. Pero volví de Cuba y comí el coco a algunos amigos músicos para ayudar a la gente. Hubo un momento en que pensamos en finiquitar la ONG, porque ya habíamos hecho más de lo que planeamos en principio. Pero ahora claro que te metes en líos. Los turcos le acaban de quemar el coche y amenazar al director de la banda sinfónica a la que ayudamos en Kamixlo (Kurdistán). A ver si le traemos para que esté tranquilo y nos ayude a organizar lo de allí. Ojalá no pase aquí nunca eso, pero parece un entrenamiento para la Tercera Guerra Mundial. Y luego está la avaricia y el robo de recursos. También nos estamos quedando sin el Amazonas, en Japón y China hay gente que lleva mascarillas por la contaminación... Eso nos va a llegar.
– ¿Ve solución?
– Es que la gente no se mete en política para ayudar. Y a menudo se olvida que quien paga los parlamentos y asesores es el ciudadano, el pueblo trabajador. Mire los 65.000 millones que calcula el Banco de España gastados en ayudas a la banca. Haría un llamamiento a interventores y economistas para que le den vueltas a la cabeza y planteen soluciones .
– ¿Músicos Sin Fronteras es sinónimo de armonía?
– Sí, si alguien no lo ha entendido, se ha ido. Ahora hemos empezado a hacer socios. Y la sonrisa de un niño al que le das una guitarra no se paga con dinero. Por eso digo que lo hago por puro egoísmo. O que el otro día me invite a comer Federico Mayor Zaragoza, uno de los hombres más importantes si hablamos de paz o de pena de muerte. Hemos estado cinco veces con el Papa o con el foro por la reconciliación de israelíes y palestinos, y con familiares de víctimas. No es 'quien sufre más' sino 'qué vamos a hacer en adelante'.
– ¿A qué repertorios mira ahora mismo?
– Estamos esperando una lonja del Ayuntamiento y una señora nos va a dejar otra para hacer la Escuela de la Igualdad, un viejo proyecto. En Vitoria hay mucho que hacer, hay niños que esnifan pegamento, hemos sacado a dos niñas de la calle y están estudiando. Tenemos profesores para dar clases de música a esos niños difíciles, que en 5 años pueden ser un problema muy gordo. Y la música es el camino más recto hacia la integración social.
– Estamos en fechas de Santa Cecilia. ¿Qué le pide este año a la patrona de los músicos?
– Que la música ayude a conseguir la armonía en el mundo para lograr la paz de una vez. En este día de empaste musical y armónico, que nos ayude a tener esa armonía, no sólo en Navidad, no sólo una noche de paz sino todos los días. Y que se destierren la usura, la envidia y el egoísmo, los principales cánceres de la sociedad.
– ¿La sociedad alavesa sigue bien el ritmo?
– Creo que está inmersa en este mundo loco de 'mientras no me toque a mí'. Tenemos que hacer ciudadanos, educar en los derechos humanos.
– ¿Y los políticos van afinando o se les va un semitono?
– Les falla un semitono. Total, como aquel grupo de Rossy de Palma, Peor Imposible. Es una pena la mediocridad que hay.
– ¿La escultura de Sebastián Iradier, el autor de 'La Paloma', echará a volar algún día?
– Es una vergüenza. Aprecio más a unos políticos que a otros, pero me parece que un Ayuntamiento que hace un acuerdo plenario para hacer un 'recuerdo' y no lo cumple no se puede poner muchas medallas de honradez o bienhacer. Por eso Vitoria está verde, está sin madurar por los políticos.
– ¿Cómo es la última canción que ha compuesto?
– Cada día hago una y se la mando a los amigos. Dice que si se te cae la vida hay que levantarla otra vez mientras se pueda. Hay que andar, hay que hacer, hay que reírse –recordar los chistes antiguos para reírte dos veces– y aprovechar la vida. No hacerlo es un lujo malo
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.