El exalcalde Patxi Lazcoz en Sancho el Sabio, una de sus obras más reconocidas. Blanca castillo
Patxi Lazcoz | Exalcalde de Vitoria (2007-2011) y abogado

«La política genera endogamia y una visión que no coincide con lo que vive la gente»

El exregidor denuncia las «larguísimas» esperas de las víctimas de violencia de género hasta la llegada del juicio. «Eso no lo veía en los minutos de silencio frente al Ayuntamiento»

Domingo, 24 de octubre 2021, 01:51

Hace una década que Patxi Lazcoz dejó de ser alcalde y desde 2015 vive alejado de la política y del PSE. Cambió de 'look' y tuvo que completar la carrera de Derecho para poder ejercer como abogado con más de 50 años. Ahora forma parte ... del turno de oficio y esa experiencia le ha valido para observar la realidad vitoriana con otros ojos.

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- Mucha gente no le reconocerá ahora con su pelo largo y barba.

- (Ríe) De adolescente llevaba el pelo largo, pero entré muy jovencito en el Ayuntamiento y en aquella época tenía que parecer una persona seria y normal. Por eso lo llevé corto durante 24 años y una de las primeras cosas que hice cuando abandoné la política fue dejarme barba y crecer el pelo.

- ¿Quería huir de la imagen de concejal y alcalde?

- Se puede decir así. Dejas de preocuparte porque ya ni representas a una institución pública ni a un partido político, sólo a ti mismo.

- ¿Cómo ha cambiado su vida en estos seis últimos años?

- La diferencia fundamental es que los fines de semana y las fiestas de guardar son mías. Luego tengo la típica vida de abogado en mi despachito rodeado de papeles.

- Usted no encontró una 'puerta giratoria' en la salida de la política...

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- Ni la busqué. A cualquiera le puede atraer una 'puerta giratoria' cuando se le pasa el arroz de la política y te has acostumbrado a cobrar un buen sueldo y tener una vida especialmente cómoda. Pero si entras en esa espiral dejas de ser dueño de tu destino porque tienes que empezar a pedir favores y yo nunca lo he hecho. Cuando anuncié que dejaba la política, seguramente hubo bastante gente, dentro y fuera del partido, que no se lo tragó pero el tiempo lo ha demostrado.

Nueva vida

«Me imagino que los magistrados en algún corrillo habrán soltado que soy un 'chapas' en sala»

- Salió de la política con 50 años y tuvo que acceder a la Escuela de Práctica Jurídica para ser abogado.

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- Doblaba en edad al resto. Era una especie de ave exótica entre veintipico chicos y chicas recién salidos de la universidad (ríe). En catorce meses sólo falté dos días, uno por enfermedad y otro por un acto con los demás exalcaldes. Pues en la cena de Navidad uno muy 'salao' ya me soltó: «Estamos alucinados porque pensábamos que no ibas a venir por clase y te iban a dar el curso por la jeta». Me pringué como uno más sin utilizar influencias o contactos que podía haber tenido durante mi época política.

- ¿Nunca le han llamado la atención por soltar un mitin en la Audiencia?

- Me imagino que los magistrados en algún corrillo habrán soltado que soy un 'chapas'. Hasta cierto punto es verdad. Le tengo mucha envidia a mi compañero de despacho, Carmelo Pascual, porque tiene una capacidad de síntesis impresionante y puede decir lo mismo que yo utilizando una cuarta parte del tiempo.

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- Echando la vista atrás, ¿no le parece que en política exageraba muchas situaciones?

- La política es una actividad que genera mucha endogamia y una forma de ver las cosas que no se corresponde con lo que ve la gente que vive fuera de esa burbuja. Cuando uno es alcalde hay asuntos que te agobian y ahora no es que relativice sino que tengo perspectivas radicalmente distintas a entonces.

- Si tuviese la capacidad de viajar al pasado, ¿qué cambiaría?

- En base a la experiencia de las personas que pasan por este despacho, se observa una inercia en el funcionamiento de las administraciones (Ayuntamiento, Diputación, Gobierno vasco o Ejecutivo central) a que al ciudadano se le vea como un número del DNI y no por la persona que existe detrás de ese nombre y apellidos. No es un tema exclusivo de las políticas sociales, pero se ha visto agudizado en la pandemia. La Administración no puede funcionar sin mirar al ciudadano a los ojos, eso es una barbaridad. Yo he tenido que ayudar a clientes a pedir cita o hacer trámites por internet. Supone una despersonalización, nos hemos convertido en una firma electrónica y cuando necesitas contactar con la Administración no puedes, pero luego -eso sí- piden colaboración ciudadana.

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En política

«No vinieron a corromperme, pero sí a obtener un trato de favor»

- ¿El covid ha cambiado el perfil de sus clientes?

- Nos hemos tenido que adaptar a la situación de la gente con descuentos o fraccionamientos en los pagos. Para mucha gente venir al abogado es el último recurso, así que como para que encima les suponga una dificultad más.

- ¿Por qué se ha enrolado en el turno de oficio?

- Por una parte te sirve para ganar experiencia y habilidad en sala a la vez que ten pones al día en asuntos que normalmente no tratas. En la plaza de Vitoria hay magníficos letrados en el turno como mi compañero de despacho. No es una ONG, porque nos paga la Administración, pero sí que es una forma de colaborar con la sociedad.

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- ¿Cuáles son los casos más duros que le toca defender?

- Las víctima de violencia de género. Te toca vivir algo que antes era simplemente una noticia y estás junto a ellas sufriendo parte de su dolor. Observas los verdaderos problemas que existen por unas tramitaciones larguísimas porque pasan dos o tres meses y no avanzan. Eso es muy jodido y no se ve en los cinco minutos de silencio de los concejales delante del Ayuntamiento. Yo he estado en ese tipo de concentraciones y el gesto es muy bonito, pero no somos conscientes de la dimensión de este drama. No es el momento de lanzar críticas, pero en base a lo que me toca vivir ahora yo reclamaría que, por favor, alguien ponga un segundo Juzgado de Violencia sobre la Mujer en Vitoria. A ver si conseguimos que haya una mayor agilidad para que las víctimas no sufran trasiegos tan largos.

- Ha escrito 'Guía anticorrupción, tácticas de combate'. ¿Alguna vez le tentaron?

- No vinieron directamente a corromperme, pero sí a obtener un trato de favor. Vamos a dejarlo ahí, pero no fue cuando estaba en la Alcaldía.

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BAI Center

«El auditorio es un proyecto maldito, pero lo importante es el contenido y no tanto el cascarón»

- Entonces, ¿Álava no es un oasis frente a la corrupción?

- Claro que existe porque en las administraciones hay personas y no robots, pero otra cosa es que estos temas lleguen a un juzgado o acaben con una sentencia condenatoria. No sólo se corrompe el mandamás, ya que hay de todo en la viña del Señor.

- ¿Sabe si hay algún caso al caer?

- No, no, no.

«Mogollón de horas»

- ¿Cómo quiere que se recuerde su etapa de alcalde?

- Me saldrían las cosas mejor o peor, pero desde luego que curré mogollón de horas. Desde el punto de vista publicitario, pues fui quien recogió el galardón de la 'Green Capital' en el mismo salón donde se reparten los premios Nobel en el Ayuntamiento de Estocolmo.

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- ¿Y cómo cree que se le recordará?

- Pues hicimos muchas cosas de esas que igual no aparecen en los medios de comunicación, de esa política de lo pequeño que igual vendimos muy mal.

- ¿La crisis de 2008 emborronó su legado como alcalde?

- Me tocó, pero lo mismo que a muchos otros. En la política municipal para planificar, organizar, ejecutar y poner en marcha acciones importantes, de esas que dejan huella, necesitas dos legislaturas. Algunos proyectos se frustraron y otros se quedaron a medio hacer, pero la política es un oficio en que cada cuatro años tienes que pasar un examen.

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Soterramiento

«Todos tienen que tirar del carro porque podríamos correr el riesgo de que se fruste»

- Muchos recuerdan el agujero físico que usted dejó en Lakua, donde ahora se levanta la estación de autobuses, para el frustrado BAI Center. No prosperó como tampoco lo han hecho los dos intentos de instalar un auditorio en La Senda.

- Es un proyecto maldito como la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos. A mí lo que me preocupa es que se pierde el criterio respecto a lo que iba a ser el BAI Center porque importa el contenido y no tanto el cascarón. Euskadi es muy pequeñito y no se puede reproducir de forma mimética la misma estructura en los tres territorios, por lo que para competir con ellos se necesita algo distinto. Ese era el alma de nuestro proyecto, disfrutar de una excelencia acústica que no hubiese en otros sitios. Los recursos públicos hay que gestionarlos para generar oportunidades que te coloquen en el mapa.

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- Otro de los proyectos que dejó firmado y que aún estamos esperando es el soterramiento.

- Ese no es un proyecto de un alcalde, sino de ciudad. Para eso, quienes están en el gobierno y en la oposición tienen que tirar del carro sabiendo que habrá uno que le tocará estar el día de la inauguración. Lo mismo sucedió con el tranvía que proyectó José Ángel Cuerda, inició Alfonso Alonso e inauguré yo. A mí me pareció un paso monumental que el Ayuntamiento, la Diputación, el Gobierno vasco y el Ejecutivo central echasen la firma para poner la pasta. La verdad es que luego han pasado Javier Maroto y Gorka Urtaran, pero no hemos visto ni una palada de tierra e incluso podríamos correr el riesgo que se frustre.

- ¿Usted cree?

- Bueno, ya lo veremos. Sólo digo que en Bilbao se está preparando para que sea subterráneo y aquí nadie descarta que llegue sobre tierra. No sé por qué tendríamos que ser diferentes.

Detalle durante la entrevisa.

«Con Pizarro tenía una relación pésima y ahora tenemos un trato perfecto»

Cree que Cristina González y Maider Etxebarria tienen ahora «poco protagonismo» en la gestión de Álava

- Su despacho está en la plaza del Arca y puerta con puerta con la sede del PSE. ¿Saluda a sus compañeros cuando se los cruza en la escalera?

- Sí. Soy una persona muy educada.

- ¿Y le devuelven el saludo?

- Casi todos. Pero bueno...

- ¿La política le ha servido para tener más amigos o enemigos?

- Digamos que la política te deja muchos conocidos. Lo de los enemigos yo creo que es un tema más puntual y de esos que te ponen una equis para toda la vida tengo algunos, pero se podrían contar con los dedos de una mano. Yo, por ejemplo, tuve una pésima relación con José Antonio Pizarro (edil de UA y del PP dese 1987 hasta 2004) y hoy es el día en que nos vemos por la calle y tenemos un trato perfecto.

- Tras perder las elecciones en 2011 aguantó cuatro años más como concejal. ¿Fue un error?

- Esa última legislatura me sobró. Lo que pasa es que mi partido, sin citar a nadie, me pidió que continuase por unas circunstancias muy especiales de conflicto dentro del PSE en 2011. Si hubiese sido por mí, yo habría dejado el Ayuntamiento.

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- Ahora parece que ha desaparecido aquel sector crítico del PSE. ¿Dónde están?

- Seguramente que tienen unas vidas muy felices.

- ¿Cómo valora la gestión de Maider Etxebarria en el Ayuntamiento y de Cristina González en la Diputación?

- Sigo la política a través de la Prensa y veo poco protagonismo. Es muy complicado asomar la cabeza y tener un liderazgo social cuando estás en un gobierno de coalición. Estamos a mitad de legislatura y seguro que correrán mejores tiempos en el último año antes de las elecciones. Tengo una experiencia notable en gobiernos de coalición sin encabezarlos, hasta el punto de que las pretensiones de liderar nos llevaron (en 1997) a la expulsión por parte de José Ángel Cuerda.

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