Intervención de la Ertzaintza el pasado sábado en un pub de la calle San Antonio, en Vitoria. D. González

La Policía Local y la Ertzaintza ponen 461 denuncias en el fin de semana con más infracciones en el ocio de Vitoria

«La gente le ha perdido el miedo y el respeto al coronavirus», lamentan los agentes. Las multas oscilarán entre los 100 y los 3.000 euros

Martes, 19 de enero 2021, 00:47

«Ha sido el peor fin de semana desde que el coronavirus lo cambió todo. La gente le ha perdido el miedo y el respeto a la enfermedad». El lamento lo pronuncian policías locales y ertzainas que el sábado y el domingo salieron a las ... calles a controlar que nadie se saltara las restricciones por el Covid-19. Se toparon con «más incumplimientos que nunca». Entre ambos cuerpos emitieron 461 proposiciones de sanción, la mayor cifra hasta ahora. Las multas oscilarán entre los 100 y los 3.000 euros. Al menos seis establecimientos hosteleros se exponen también a aflojar el bolsillo por hacer la vista gorda con su clientela.

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Sólo en Vitoria, la Guardia urbana interpuso 249 sanciones. Se trata de su tope histórico en un fin de semana. Con más agentes de paisano que de costumbre, estos constataron 'in situ' la «excesiva relajación» en un puñado de locales. A partir de ahí, sus compañeros uniformados abrieron acta oficial.

El domingo por la tarde, por citar los últimos casos, interpusieron 60 propuestas de sanción en una conocida sidrería de una localidad perteneciente al municipio de Vitoria. La mitad de los expedientes, por «no portar mascarilla», La otra mitad, «por fumar en establecimiento sin mantener distancias». El responsable del local también acabó denunciado «por no realizar vigilancia».

Hasta ocho coches patrulla acudieron al desalojo en un pub en la calle San Antonio. D. G.

Poco antes de las 21.00 horas, los agentes se llevaron la última sorpresa del caótico fin de semana. Un bar del centro comercial de Lakua permanecía abierto. Le cayeron sanciones por saltarse el tope horario y permitir el consumo «a un menor». «El domingo fue algo más tranquilo, en parte porque el tiempo se estropeó y eso echó para atrás a muchos, pero lo del sábado no lo habíamos visto en muchos meses», comparte un patrullero.

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No pararon las patrullas en cuanto se pasó a la sobremesa. Hasta ocho coches patrulla de la Ertzaintza irrumpieron en «un cumpleaños ilegal en un pub de la calle San Antonio». El registro se saldó con 55 sancionados. Su gerente también recibió una multa. «Había gente bailando, las mascarillas brillaban por su ausencia...», dice uno de los policías participantes.

Dos multas en el mismo día

Un poco antes, en una discoteca de Fueros con Ortiz de Zárate, uniformados de la Policía Local desalojaron a la clientela e interpusieron otras 48 denuncias. Aparte de las típicas de no llevar mascarilla y no respetar la distancia, el responsable también fue expedientado por «exceso de aforo». A uno de los usuarios de ese local le multaron horas después, ya en pleno toque de queda, por permanecer todavía en la calle. Al parecer puso de excusa que no le había dado tiempo a llegar a su vivienda.

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Menos cuidado tuvieron en un bar del Casco Viejo. Su responsable acabó expedientado por «permitir a sus clientes moverse como se hacía un año». En este caso se trata de «un reincidente». Según fuentes policiales, «mientras estábamos elaborando la denuncia, todavía se atrevió a servir alguna consumición más».

Con las restricciones horarias –a las 20.00 horas cierra la hostelería y a las 22.00 todo el mundo debe recluirse en su hogar–, «los hábitos de quienes quieren disfrutar de este tipo de ocio han cambiado, el problema es que una minoría, cada vez mayor, ha optado por hacer oídos sordos a la amenaza del coronavirus», coinciden los agentes consultados. «A esto se suma que el sábado hizo muy buena temperatura y no llovió. Y claro, ahí a muchos se les 'olvidó', la situación actual».

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Para evitar su desaparición, varias discotecas abren ahora de cuatro a ocho de la tarde, con clientela adolescente mayoritariamente. En los aledaños de una de estas salas, ubicada en la plaza de San Antón, también tuvieron que llamar la atención en varias ocasiones «para que se cumplieran las medidas de distancia social, aunque dentro sí cumplían».

«Se te encaran»

Mientras que en otra discoteca de la calle General Álava «aunque controlan muy bien dentro, su clientela, muy joven, luego la lía al salir a la calle. Se quedan en grupos, molestan a los viandantes, aparte de que más de uno ha acabado en la ambulancia por ingesta abusiva de alcohol», analizan los patrulleros. «No tienen ningún cuidado y han convertido la puerta del garaje del número 10 en un vomitorio», se queja un comerciante de esa vía.

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Pese a las campañas de concienciación, a los machacones datos diarios de contagios y mortandad, una minoría –cada vez más amplia– ha decidido vivir a espaldas de la pandemia. Otro botón. 20.05 horas del sábado. Calle Nueva Fuera. Una vez cumplimentado el cierre de todos los bares de la zona, «más de 150 jóvenes» siguen «arremolinados» en esa vía. «Actuaban como si no pasara nada. Hubo que conminarles a que se dispersaran», rememora un policía.

Todo para llegar a 461 propuestas de sanción. «Esto va a ir a peor. No hay más que ver las imágenes en Bizkaia y Gipuzkoa. La gente ha perdido el miedo y el respeto. Hay hastío por la lentitud en la vacunación. Son muchos meses y ya se te encaran», apunta otro curtido patrullero. Aunque en nuestra provincia los disturbios se han producido a cuentagotas, sindicatos policiales como Esan y Euspel avisan sobre los riesgos de que comiencen a aflorar.

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