La Policía Local empezará a multar mañana a quien no lleve mascarilla tras dos días de avisos

El panorama ayer en Vitoria, tanto por la mañana como por la tarde, evidenció el compromiso de la ciudadanía. Casi todos enmascarillados. «Está pasando lo mismo que con el estado de alarma. La inmensa mayoría cumple, lo cual se agradece. A nosotros nos toca lidiar con quienes pasan de las reglas y de ser solidarios», narró un veterano patrullero a pie de calle.

Los vistazos al Centro, Desamparados, San Cristóbal, Ciudad Jardín, Ariznabarra, Sansomendi, El Pilar o Gazalbide evidenciaron el triunfo de la responsabilidad. Aún así, el goteo de reproches policiales también resultó constante. A esa cuadrilla de chavales en la Avenida de Gasteiz. A un par de mujeres de alegre cháchara en Lakuabizkarra. A un hombre cerca del cementerio de Santa Isabel.

En la primera jornada de enmascarillamiento obligatorio, los infractores coleccionaron el rapapolvo de los uniformados. Varios tuvieron que desandar el camino y subir a su hogar a por el tapabocas, convertido por orden autonómica en outfit imprescindible una vez superadas las elecciones vascas. «¿Por qué han esperado a que pasara el 12J? ¿Tenían miedo de que votáramos distinto?», se preguntó en alto Gaizka, vitoriano enmascarillado «por responsabilidad desde hace semanas».

En los pases de lista de la Guardia urbana, los jefes de turno ordenaron ayer a sus efectivos que «sólo» apercibieran. Hoy se espera la misma orden. Pero mañana se abrirá la veda para multar a todo aquel que no vaya con el rostro cubierto. Este periodo de gracia, habitual en otras fases del estado de alarma y de la desescalada, se abortará eso sí «con los que se pasen de listos», como las cinco personas multadas ayer jueves. No portar el tapabocas se castiga con un mínimo de cien euros.

Temen no obstante los efectivos policiales a esta primera noche de fin de semana y a la de mañana sábado. «Uno de nuestros caballos de batalla ha sido el ocio nocturno. Pese a que la mayoría de los hosteleros están colaborando, no puede decirse lo mismo de un porcentaje de la clientela. No se dan cuenta de que el coronavirus prosigue entre nosotros», advierten efectivos de la comisaría de Aguirrelanda.