El polémico 'chill out' construido en un barrio de Vitoria

En Abetxuko nadie se explica qué hace ese 'chill out' ahí, en mitad de una calle y sin ningún tipo de permiso. Ni los que durante el último medio año han sido testigos de su construcción, ni los que ahora se topan con él, decorado ya con todo lujo de detalles; por haber, hay hasta un atrapasueños. El propietario de este 'chiringuito' es un vecino de la calle La Presa que ha decidido levantar con sus propias manos la zona de estar que ilustra este artículo. Una estructura que ha desatado una polémica en este barrio de Vitoria porque invade un espacio público y porque además ha eliminado parte de una zona ajardinada.

Los vecinos vuelven a exigir su eliminación. El malestar se centra en «la acumulación de enseres y electrodomésticos ya averiados, el ruido (incluso de noche) y el uso privativo de un espacio público». En octubre, a través del buzón ciudadano, ya solicitaron al Ayuntamiento la retirada de esta construcción –por entonces, en fase muy inicial– y que el autor devolviese al lugar su aspecto original. Desde la asociación vecinal trasladan que se ha llamado en «varias ocasiones a la Policía Local, quienes han acudido para pedir al propietario que eliminase la construcción». Sin embargo, el 'chill out' sigue ofreciendo un lugar de descanso a su propietario.

Este periódico visitó ayer el lugar, ubicado en la parte trasera de La Presa. La abundante vegetación que recubre la construcción sirve de parapeto en días de sol y lluvia, pero también de camuflaje a ojos de cualquier extraño. En el interior, sorprende el enorme banco de cinco metros de largo. En uno de los extremos se ha colocado intencionadamente una butaca acolchada. Y es que justo al lado hay una especie de mesilla en la que descansan un libro, un cubo de rubik y una botella de granadina, casi a terminar. Pero hay más. A ambos extremos se han creado dos huertas pequeñas. La vegetación gana fuerza en la decoración de este 'chill out'.

Los trabajos sobre terreno para levantarlo comenzaron en septiembre del año pasado. Este vecino retiró parte de la ladera para lograr un espacio llano. Las siguientes semanas se centraron en afianzan el terreno. Una tarea para la cual no dudó en hacer uso de cemento y varios ladrillos que se levantan medio metro de alto. Lo siguiente fue hacer acopio de distintos objetos que fue descargando periódicamente. Atónitos, los residentes de la zona y vecinos que cruzaban por esta calle presenciaban cómo el 'chiringuito' iba poco a poco cogiendo forma, hasta lo que es hoy en día: «una chabola en plena ciudad en un espacio público», describen.

Con la llegada del buen tiempo, ahora es más habitual verle hacer uso de esta zona. «Suele salir por las tardes. Esta orientada de una forma en la que siempre le da el sol. Suele estar toda la tarde ahí», apuntan vecinos de esta calle. Unas estancias a las que «en ocasiones invita a amigos suyos» y que ambienta «con música, «incluso de noche». Medio año después de su construcción, algunos residentes ya se han familiarizado con esta nueva edificación vecina. «Bueno, ya te acostumbras a verla ahí. No sabemos si harán algo», comentan.

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