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Ander Carazo
Jueves, 6 de junio 2019, 01:03
El paso en falso del PP en Labastida puede allanar el camino del PNV en Rioja Alavesa. La «desautorización» de la dirección de Iñaki Oyarzábal a su candidato Daniel García, que el 26-M fue el más votado en el municipio vitivinícola, por sus polémicos contactos con EH Bildu ha reducido las opciones de gobierno a un pacto entre jeltzales y abertzales. En ningún caso pasa por la cabeza de la formación de José Antonio Suso que Laura Pérez Borinaga, la actual alcaldesa y destacada figura en el partido, ceda la 'makila'. Lejos de una situación puntual, este escenario podría extenderse a Laguardia, donde la lista conservadora fue la más apoyada por los ciudadanos pero necesitan que los peneuvistas se abstengan de optar por el poder, algo poco probable dado el simbolismo de la villa amurallada.
Los populares alaveses achacan la polémica a la inexperiencia de García (22 años), aunque mantienen su confianza como figura emergente en la estructura del partido. Eso sí, creen que la coalición independentista ha aprovechado la situación como la «excusa perfecta» para justificar su apoyo al PNV, con quien mantienen una mayor sintonía y en la última legislatura fueron el apoyo de Pérez Borinaga para sacar adelante los presupuestos municipales.
Si el Partido Nacionalista no respeta a la lista más votada en Labastida y Laguardia, el PP no descarta que Kuartango quede en manos del azar. Allí, los jeltzales recibieron los mismos sufragios que los abertzales y si Ana Salazar, única edil conservadora y secretaria general de la formación, no rompe esa igualdad se tendría que lanzar una moneda al aire para jugárselo a cara o cruz. «Aún quedan nueve días. Puede suceder cualquier cosa», recalcan los populares, que critican la ambición de los nacionalistas por «acaparar» el poder en el territorio.
La Puebla de Arganzón, en Treviño, es uno de los pocos ayuntamientos donde parece que los jeltzales no pretenden dar batalla y podrían no presentar un candidato que tendría que lidiar con las instituciones burgalesas, lo que dejaría a los abertzales como únicos aspirantes a alzarse con el poder. El 26-M, EH Bildu (118 votos) y PNV (95) empataron a tres ediles y el PP (41), uno.
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