Elisa Rueda y sus colaboradores, durante la clausura de Poetas en Mayo en el Palacio Zulueta. rafa gutiérrez

Poetas en Mayo revoluciona el verso

El ciclo vitoriano se reinventa con una octava edición casi virtual, que ha conjugado el éxito entre el público con el interés de otros festivales

Lunes, 1 de junio 2020, 01:28

«El sistema ultraliberal volverá a utilizar esta otra crisis para recortar nuestros logros y tendremos que volver a luchar para conquistarlos de nuevo», reflexiona la poeta Balbina Prior. La escritora cordobesa, que ha participado en Poetas en Mayo, cierra su obra 'Triaje' con una ... premonición: «la encrucijada inmemorial de nuevo se abrirá ante nuestro verdadero destino».

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Pero, antes de que el recuerdo de lo vivido se pueda diluir, la directora del festival alavés, Elisa Rueda, repasa más de 20 días de versos en los que ha habido «agradecimiento, esperanza, emoción, miedo» y otras muchas sensaciones. Como la de «no resignarnos», llenarse de valor y el vértigo de saltar al vacío cuando las circunstancias impidieron que la octava edición fuera presencial. Ahí el temor era «saber si podríamos dominar las tecnologías para poder llevarlo acabo 'online'. Hemos hecho un máster con inmediatez y hay que agradecer a Aidazu su colaboración, su trabajo en todos los directos que hemos hecho vía streaming», indica la impulsora del ciclo, iniciado el 8 de mayo.

«No esperaba la avalancha de participación que hemos tenido, con alrededor de 500 colaboraciones»

«El festival está lleno de pasión», apunta Rueda, pero reconoce que en un principio «pensaba que el miedo escénico tendría su peso a la hora de grabarse. No esperaba la avalancha de participación que hemos tenido, con alrededor de 500 colaboraciones. Increíble», valora.

Poetas en Mayo ha tenido que tener cintura para ir incorporando al programa inicial y oficial a muy diversos colectivos «que se sumaban sobre la marcha. Había que darles un espacio y muchas veces era de hoy para mañana. Había tantas ganas de participar en este viaje que hemos hecho hacia la luz que ha sido más intenso hacerlo así que presencial», compara Rueda con su experiencia de siete años previos.

Y, en cuanto a impresiones, la organizadora del ciclo destaca cómo «la palabra 'revitalizar' ha aparecido en muchas ocasiones, a través de muchos trabajos en familia coordinados por Cáritas. Ha sido un viaje interesante, que comenzó con todos en casa y el festival ha sido también reflejo del momento vivido», ya que los últimos vídeos grabados se han hecho desde la calle o la propia clausura se llevó a cabo -con muy poca gente in situ- en el Palacio Zulueta. El debut de Down Araba, que reconvirtieron su 'performance' a imágenes fotográficas, «ha sido otro trabajo creativo» o las aportaciones de Helios en familia, entre muchos colectivos.

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«Ha sido un viaje interesante, que comenzó con todos en casa y ha sido reflejo del momento histórico vivido»

El ejemplo de Vitoria

Las Páginas de Cristal, el taller antirrumores, el encuentro de 15 poetas internacionales -todo un récord- o los directos con Marwan o Benjamín Prado en Instagram han completado una edición que ha sido vista por otros festivales «y nos preguntan cómo lo hemos hecho para seguir el ejemplo. Esto ha venido para quedarse». Como los 'Versos poco corrientes' en EL CORREO.

«Hemos superado nuestra zona de confort», indica Rueda. Claro que, para que todo funcionara, han sido precisos apoyos «como los de Fundación Vital, el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno vasco». Y un equipo donde Rueda destaca a Eloy González Gavilán, «por quien han pasado más de 200 vídeos para editar», además del grupo «incondicional» de colaboradores «que ha trabajado más que nunca: Arantza Guinea, Mabel Álvarez de Arcaya y María Ayala».

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