PNV y PSE definirán en Álava sus gobiernos locales antes del reparto foral

Con el cronograma más o menos claro, nacionalistas y socialistas se enfrentan a unas conversaciones en las que deben aclarar antes de nada una cuestión: ¿cómo se trasponen al correspondiente equipo de gobierno los resultados que dejaron el 28-M? Cada institución seguirá su propio camino, aunque todo hace indicar que el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación podrían reducir sus estructuras para adaptarse a la nueva realidad política y mantener el equilibrio de fuerzas de la coalición. Y es que PSE y PNV han perdido un concejal en Vitoria y tres junteros en Álava.

En el caso de la capital alavesa es donde se prevén las negociaciones más complejas. Aunque las formaciones aún no se han sentado a diseñar el nuevo equipo de gobierno, todo apunta a que habrá un importante traspaso de carteras por el adelantamiento de los socialistas a los nacionalistas. No sólo en la Alcaldía, que será asumida por Maider Etxebarria, sino porque ostentar la makila supone asumir (siempre en teoría) algunos departamentos, como es el caso de Hacienda, clave para negociar presupuestos, y Urbanismo. Ambas estaban hasta ahora en manos jeltzales.

El número de departamentos a repartir será casi idéntico al actual, aunque en la práctica, los socialistas perderán un edil porque asumen la Alcaldía, que ya funciona como una cartera. Esto implica que contarán con cinco concejales para las comisiones y para las gestiones de las diferentes áreas. El PNV, que tenía siete representantes (incluido el alcalde) mantendrá el mismo músculo en ese sentido.

Pero el primer paso será definir qué concejalías existirán, ya que el PSE planteó crear un departamento propio de «cuidados», y el PNV otro de «barrios». Con un gobierno algo más limitado en cuanto a efectivos, sin embargo, no será sencillo encontrarles hueco en el Consistorio.

Eso sí, al margen de Vitoria, donde el PP ya ha asegurado que sus votos para investir a Etxebarria están «garantizados», Álava debe resolver varias incógnitas, principalmente en Rioja Alavesa. En Labastida y Laguardia, el PP se hizo con el triunfo y espera poder gobernar. Para ello 'sólo' necesita que PNV y EH Bildu no apoyen juntos a otro candidato, algo en lo que confían los conservadores.