Plumas entre algodones
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begiart ·
Un espacio comisariado por un comité de expertos para mostrar el trabajo de nuestros creadores silenciado por la pandemiaLa suavidad de la pluma puede llegar a ser engañosa, no en vano su fuerza supera a la de la hoja acerada, según dicen. Pero las sutilezas, las frases lapidarias, los giros poéticos, los epítetos o las figuras retóricas devienen, con frecuencia, en relleno de ... cajones olvidados cuando se acercan a la maquinaria de las publicaciones. Así que hay quienes han conocido de primera mano y hasta con mal pie ese mundo editorial donde ni todo es lo que parece al principio ni todos los finales suelen ser precisamente los esperados y, mucho menos, felices.
Autora de una trilogía de fantasía y aventura, de una novela fantástica y de un relato en torno al bullying escolar, Belén Fernández tiene alguna experiencia en este asunto. «He pasado por cinco editoriales entre 2010 y 2020. Quitando una, en todas he tenido decepciones», tales como acuerdos donde la autora no tenía derecho a nada o como no llegar a ver ni un euro de derechos por las ventas. Al final, eso se traduce en cajas con libros que se quedan a esperar mejores tiempos o en obras con una cierta demanda que desaparecen del mercado y de las miradas lectoras, tras una bajada de persiana por parte del editor.
Por todas estas cosas, entre otras, un total de siete socios se ha armado de valor para, en plena época de pandemia e incertidumbres, apostar por una plataforma con sede en Vitoria, enfocada a la difusión cultural. Junto a la escritora, hay otra gente de letras o de tablas, así como gente del audiovisual, como Luis Lagos, que actualmente lleva la parte técnica de los streaming de cursos, charlas y talleres de la asociación de productores Apika. Y entre el grupo que está detrás de El Nimbo, las dos personas citadas son las que más centradas están en la difusión del proyecto. En él los participantes se distribuyen las funciones y cada semana ponen en común diferentes propuestas o desarrollos.
Eso sí, lo primero de todo es «que nadie que empiece tenga que vivir lo que nosotros hemos tenido que pasar», resume Fernández y apunta que «no cobramos al autor por publicarle el libro». Por su parte, Lagos ejemplifica: «Lo primero que hacemos, es un contrato, antes de publicar y en cuanto se ha admitido el proyecto». Agrega que se incluye el porcentaje del escritor –un 10%– y que se lleva con absoluto rigor la liquidación trimestral, por pequeña que sea.
«Queremos que tenga seriedad. Y si la gente novel lo ve así, aspiramos que más adelante sigan con nosotros». Se trata de «respeto al autor y a su obra», añade Fernández, que hace seis meses hacía público el nuevo proyecto, con el apoyo de las instituciones alavesas.
El nombre, reconocen, fue toda una odisea. Todos los que colocarom en un prometedor listado estaban ya reservados, incluso con las variaciones más extravagantes. «Esther Villar nos sugirió 'nimbo', que es la luz brillante alrededor de los planetas o el aura de los santos». Y con esa enseña, ya llevan una docena de libros publicados en este semestre. Lo mismo reeditan la exitosa 'Guarda mi secreto' de la novelista Pilar lloves que el debut poético de Beatriz de Silva en 'Mármol'. o miran a la naturaleza con Andoni Díaz, a la fantasía con 'Cuarzo negro' de Fernández y a una original aproximación a la maternidad conAndrea Abáigar. Diversidad de formatos y enfoques que, en breve, se completarán con otras ocho piezas.
Pero los libros ya no son sólo letras e imágenes. Además de la filosofía de «no perder la perspectiva humana» y ser conocida «como una editorial honrada», El Nimbo agrega en las páginas códigos QR para acceder a comentarios de autores o versos leídos por poetas. Y apuntan iniciativas en fechas determinadas y en redes sociales.
Por algo 'nimbo' proviene del latín 'tormenta' y designa también a nubes que pueblan el cielo cuando hay precipitaciones de lluvia, nieve o granizo. A ver si un aguacero de cultura contribuye a empapar un poco el terreno antes de que se agriete.
La creación tiene muchas formas y soportes. A veces, incluso se mezclan y dan lugar a otras fórmulas artísticas. Conscientes del mestizaje que supone lo contemporáneo, los impulsores de El Nimbo aspiran a abarcar tanto lo poético como lo narrativo, tanto la plástica como lo audiovisual. De momento, prometen cuidar y acompañar a quienes ponen el alma en sus obras. Y, también, respetar éstas. Desde luego, no es mal principio.
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