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El grupo multinacional Daimler, al que pertenece la factoría vasca de Mercedes, ha decidido apostar a lo grande por una nueva movilidad más sostenible, adelantando casi diez años sus objetivos de electrificación para tener en 2030 sólo vehículos enchufables «en aquellos mercados que lo permitan», ... mientras que en 2025 todos sus modelos contarán ya con una versión 'cero emisiones'.
Y atentos a todos esos movimientos están en la fábrica alavesa, porque en juego está la adjudicación de nuevos modelos y con ellos inversiones millonarias, creación de empleo y garantías de trabajo para décadas. En la feria IAA Mobility de Múnich, que se celebrará del 7 al 12 de septiembre -toma el relevo de Fráncfort-, se presentarán ocho vehículos, cinco de ellos totalmente eléctricos. Uno será el denominado EQV, la Clase V evolucionada con respecto a la que ahora se ensambla en Vitoria y totalmente eléctrica.
«Esta furgoneta tiene que venir a nuestra planta», confían trabajadores y empresas proveedoras. Pero por ahora es solo un deseo. Nada se sabe todavía de qué factorías de Mercedes harán cada modelo ni tampoco los plazos. Además, si Vitoria aspira a llegar a 200.000 vehículos «es evidente que hace falta otro producto, no sabemos de qué gama, para cubrir esas expectativas», señalan las mismas fuentes.
trabajo para «20 años»
creación de empleo
La fábrica vive un momento clave y se prepara para acometer una profunda transformación en los procesos de producción hacia la movilidad eléctrica. La inversión que podría destinar el grupo Daimler rondaría entre los 800 y los 1.000 millones de euros para adaptar las nuevas líneas o construir otra nave de pintura.
La dirección también se plantea crear un cuarto turno los fines de semana y festivos con 800 nuevos operarios para hacer frente a esas necesidades de producción que llegarían con el nuevo modelo. Quiere «fortalecer» el actual marco de flexibilidad y posicionarse ante la multinacional en Alemania «como la mejor opción para la adjudicación de futuros productos».
En este punto, acordar un convenio con los sindicatos es una asunto «esencial» para la compañía. Tras meses de bloqueo en la negociación, «parece que Mercedes accede a hablar también de nuestra plataforma», destaca el presidente del comité, que anticipa en cualquier caso que «no estamos dispuesto a admitir que se creen equipos para trabajar los fines de semana sin que haya una compensación para ello», añade Igor Guevara.
Hay más discrepancias. La plataforma de la mayoría de la parte social (ELA-LAB-CC OO-ESK) pide una subida salarial del 2,5% durante la vigencia del convenio -no se ha planteado los años de duración- mientras que la empresa apuesta por la congelación y eliminar o reducir pluses.
Los modelos diésel y gasolina siguen siendo dominantes en la planta de Mercedes pero la aspiración de la factoría vitoria es duplicar este año su producción eléctrica y llegar a las 10.000 unidades. La fabricación en serie de la Clase V impulsada por baterías se puso en marcha en septiembre pasado -antes habían comenzado con la Vito eléctrica-. Se trata de un monovolumen con una potencia máxima de 150 kilowatios (similar a 204 caballos en los vehículos convencionales). El motor eléctrico y la transmisión están situados en el eje delantero mientras que la conexión de carga se encuentra en el lateral del paragolpes.
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