Baja la demanda de compra de VPO, que interesan cadavez más a los divorciados

«Las viviendas de protección oficial tuvieron su momento de esplendor en los 2.000 pero a partir de ese 'boom' no hubo mucha demanda y sigue sin haberla», comparte Carlos Fernández de Nograro, gerente de la inmobiliaria PisosVitoria y Construcciones Fernández de Nograro. «Lo poco que se hace ahora cuesta cubrirlo», añade. La diferencia de precio entre un piso protegido y uno libre cada vez es menor, sobre todo en las zonas más alejadas del centro. Además, los requisitos para acceder son exigentes, por lo que muchos compradores han optado por el mercado libre y por asegurarse una propiedad.

«En nuestro caso trabajamos con VPOs de segunda mano y salen pocas al mercado», traslada Marta Bengochea desde la inmobiliaria SIA. Eso sí, cuando sale alguna no tardan demasiado en venderla. «Por ejemplo la última que tuvimos disponible se vendió en la primera visita».

En cuanto al perfil de los interesados, más allá de personas jóvenes para las que este será su primer hogar, los divorciados son uno de los perfiles más interesados en viviendas protegidas gracias a un cambio en la ley. De forma general, para optar a una VPO el solicitante debe llevar al menos dos años sin ser propietario de un inmueble. Sin embargo, si una persona presenta la sentencia de divorcio el Gobierno vasco exime de cumplir ese requisito. Por eso, muchas personas que dejan el domicilio familiar tras una separación eligen esta alternativa. «El de divorciado es uno de los perfiles que más tenemos ahora, si no el que más», concluyen desde SIA.

«Ahora hay bastante menos oferta de VPO que de vivienda libre y todavía va a haber menos en un futuro», analiza Jerónimo Sánchez, de Fincas Izarra. En este tipo de construcciones protegidas «los márgenes son muy ajustados», por lo que el incremento de los materiales -«que están alcanzando precios desorbitados»- va a provocar que se proyecten menos de las que se venían haciendo hasta ahora.