Pipaón regresa al pasado para recuperar sus viejos quehaceres

Con trajes de época para abordar los trabajos cotidianos de antaño. La localidad de Pipaón, a la sombra del Cervera y sobre las faldas de la Sierra de Cantabria, regresará al pasado para compartir con los visitantes las tareas domésticas que se realizaban hace décadas. Por un día, la villa dejará a un lado las nuevas tecnologías y se trasladará a tiempos pasados.

Lo hará el sábado con la celebración de la XXIII Jornada Etnográfica Viva, que organiza la Asociación Usatxi, donde los vecinos, ataviados con trajes de faena, saldrán a las calles para recordar cómo se vivía antes y recrear las costumbres de principios del siglo pasado. «Esta vez celebramos el 25 aniversario del Museo Etnográfico y como todos los años trasladamos lo que tenemos en este espacio a la calle», señala Blanca Ortiz de Landaluce, presidenta del colectivo cultural.

Varias son las actividades con las que contará la mañana. A primera hora habrá una concentración en la plaza, a la que seguirá un desfile por la plaza principal del pueblo. A las once tendrá lugar el pregón, leído por Pilar Alonso, «una de las fundadoras del museo». «En el pregón damos libertad a cada persona. Principalmente hablan de cómo ellos han vivido en esa época. El discurso generalmente lo suelen realizar los habitantes del pueblo», señala Ortiz de Landaluce. Ya a las 11.15 horas comenzarán las exhibiciones. En primer lugar se podrá disfrutar de la amasado del pan. «Esta actividad se prepara con antelación. Se comenzará con ella la noche del viernes, puesto que todos los ingredientes necesitan su tiempo de reposo. Además, el mismo día también empiezan muy temprano a encender el horno», recalca.

La trilla de cereal, la visita al antiguo molino eléctrico y a la carbonera para conocer ambas instalaciones , la colada en el lavadero o el vareo de lana son otras de las actividades que se podrán observar en esta jornada, que se celebra en la mañana del sábado desde las 10.30 hasta 14.30 horas. La exhibición del grupo de danzas de Usatxi y la comida popular en la plaza del pueblo tampoco faltarán en la programación.

La actividad organizada por los vecinos del pueblo quiere demostrar y enseñar también a las nuevas generaciones cómo se trabajaba antes. «Hay mucha gente que visita el pueblo y que ha vivido en esta época, pero los más jóvenes realmente no conocen esos oficios. Los cambios que se han producido son muy drásticos. Ahora vas a la panadería y no ves cuál es realmente el proceso de elaboración de lo que te llevas a casa», finaliza Ortiz de Landaluce.