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Cinco líneas de pentagrama, media docena de cuerdas, mucho juego musical y un proyecto ambicioso han desembocado en 'Sinfonía', la apuesta personal de Jon Plágaro. El guitarrista vitoriano –a la sazón, compositor, productor e ingeniero– ha decidido que, después de tres lustros entre notas, compases, silencios y claves, era el momento. Así que el impulsor de Plágaro's (junto a su hermano Aritz) se ha centrado en un gran proyecto en solitario.
«Tenía curiosidad. Si cuando estás en una banda haces tu línea de guitarra, quería saber dónde pondría yo mismo los limites al componer una pieza donde yo no tenía ninguno... podría crear todas las guitarras que quisiera sonando al mismo tiempo», recuerda el músico.
El proyecto, integrado por cuatro movimientos, mezcla de elementos de rock progresivo, folk o barroco, ha contado con el ingeniero de sonido Mikel F. Krutzaga, ganador de un Grammy y de un galardón Dolby Atmos. Y Plágaro no descarta una futura mezcla surround.
De momento, ha supuesto una forma nueva de trabajar y construir toda una orquesta sobre la marcha.«Hubo bastante experimentación. Tenía claro que la práctica totalidad de instrumentos fuesen guitarras. Esto es lo que le ha dado la sonoridad a la pieza», sitúa Jon Plágaro.
Y ha mandado el concepto. «Otros habrían decidido hacer los graves con un bajo, pero yo utilicé un octavador (que transporta el sonido a una frecuencia más grave) con guitarras...». En concreto,«guitarras eléctricas, también con efectos, así como guitarras acústicas de seis y de doce cuerdas». Aunque es cierto que ha grabado «de manera más puntual, sonidos de batería, de mellotron o sintetizadores».
Todos esos elementos musicales son tanto apuestas planificadas de antemano como visiones que han surgido en el proceso. «Al ser una pieza larga yo tenía una idea general pero luego te vas dejando llevar. Me gusta hacerlo así cuando compongo, no sobrepensar las cosas porque la parte más creativa desaparece», razona.
«Al final cada pieza tiene su identidad y, en conjunto, los movimientos conforman una obra. Me sugieren colores distintos –algo que se ha reflejado en las cuatro portadas–, hay diferentes emociones». Por eso, en lo visual «gracias a Amaia (Ugarte) ha sido posible reflejar la personalidad de cada movimiento».
En este sentido, Jon Plágaro detalla que «siempre me gusta transmitirle una serie de ideas para que ella luego las interprete y les de forma de la manera que ella vea conveniente. No soy muy descriptivo, sino que le hablo de aspectos más generales. Pero es que ella es increíble, tiene una gran visión», que plasma mediante esas fotografías tratadas de manera absolutamente pictórica.
Lo visual también se plasma en un«vinilo en color azul mármol, a juego con los azules y dorados de la portada de la carpeta y los tonos amarillos dorados de la galleta del disco». En marzo se publicará y lo presentará con una escucha en grupo. La idea es que a los oyentes «les lleve por una multitud de paisajes sonoros, como un viaje».
Y el trabajo ha logrado el visto bueno de un gigante de la guitarra como Jason Becker. «Ha sido mi ídolo desde la adolescencia. No sólo escuchó la 'Sinfonía', sino que me envió un mensaje precioso», apunta Jon Plágaro antes de añadir que «algo tan bonito que te queda ahí para siempre».
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