Piden 15 años a un responsable de la cárcel alavesa de Zaballa por agredir sexualmente a una presa

En el centro penitenciario pasó de culpable a víctima. Eso refirió ayer en la Audiencia Provincial de Álava. En agosto de 2020, el entonces jefe de servicios de la cárcel –el máximo responsable de velar por el cumplimento de las normas– presuntamente abusó sexualmente de ella. En apenas una semana, apuntó ayudada por una traductora, la obligó a practicar «sexo oral» en una habitación sin más testigos y luego la sometió a tocamientos en un taller, esa vez a la vista de varias personas.

El supuesto agresor sexual, que mantiene su puesto aunque está suspendido de funciones de manera cautelar, negó tajantemente ataque alguno sobre esta antigua interna. Sí admitió el encuentro privado en una sala, que circunscribió a una investigación para conocer si «su compañera de celda había introducido droga en prisión tras un permiso».

El fiscal Josu Izaguirre le recordó que en aquella época cada preso de vuelta pasaba un mínimo de diez días incomunicado por el protocolo anticovid. Es decir, que podría haber centrado sus pesquisas en la sospechosa aislada.

La Fiscalía le pide un global de 15 años y la acusación particular, 17, por dos abusos sexuales, uno con acceso carnal, aparte de coacciones y amenazas. La defensa reclama la absolución. Cuando se resuelva este caso, la Justicia revisará la orden de expulsión de Adriana a su país de origen, ahora en suspenso.