Las peticiones de asilo se tramitan en la comisaría de la Policía Nacional en Betoño. Jesús Andrade

En la Policía Nacional

Las peticiones de asilo en Álava se disparan a 122 cada mes, un 20% más que hace un año

La respuesta de la administración se demora hasta dos años, tiempo en que el solicitante no puede ser expulsado

Domingo, 18 de agosto 2024, 00:59

Más de cuatro solicitantes al día. Las peticiones de asilo en Vitoria andan desbocadas. A lo largo de los siete primeros meses de este 2024, la comisaría provincial de la Policía Nacional ha recogido 851 instancias. Un volumen nunca antes registrado. El dato ... supone un 20% más que en el mismo periodo del año pasado y un 39% por encima de 2022, cuando la invasión de Ucrania ocasionó un inusual seísmo demográfico hacia la Europa occidental.

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«Hay una avalancha. Eso está claro. Los números no mienten», sitúan fuentes internas de este cuerpo policial, competente en materia de extranjería. Colombianos (358 aspirantes), venezolanos (237) y peruanos (95) copan el top 3 entre los solicitantes de asilo. Le siguen senegaleses, palestinos, paraguayos y pakistaníes hasta superar la veintena de nacionalidades.

El asilo representa una vía legal de regulación en España. O, como mínimo, de ralentización de una posible expulsión. En teoría se ideó como protección para «personas amenazadas en sus países de origen por razones ideológicas, religiosas, sexuales o de raza». La práctica dice en cambio que «también suele ser un atajo legal que ayuda a regularizarse a muchos clientes», como admiten varios abogados sondeados por este periódico. Nadie con esa solicitud cursada es deportado hasta que se resuelva su expediente.

Hasta mayo

Servía para acceder al arraigo laboral con un contrato temporal. Ahora sólo concede tiempo

Varias ONGs, como CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), ofrecen en sus webs apartados específicos para completar el trámite que, habitualmente, se estira una media 24 meses si acaba en los juzgados, como es habitual. La Audiencia Nacional, con un tapón importante por la avalancha actual, está resolviendo ahora recursos presentados en Álava en 2022 o incluso en 2021. «La práctica totalidad de estos procesos acaban desestimados. La otra lectura es que el interesado ha ganado tiempo entre nosotros para buscarse otras opciones», sintetiza una letrada especializada.

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Descendemos al ejemplo concreto. Un recién llegado a la capital alavesa huyendo del régimen de Nicolás Maduro acude a la comisaría de Betoño, donde cumplimenta su solicitud de asilo a través de la cita previa. Los últimos informes gestionados, destacan fuentes policiales, atañen a «supuestas amenazas del gobierno chavista, de las FARC (la guerrilla colombiana supuestamente extinta), de mafias varias y hasta de sus propias familias, en regiones musulmanas, que rechazan su homosexualidad». La administración central debería responder en seis meses. «Nunca pasa», apuntan policías nacionales y confirman los abogados sondeados.

Los que más lo piden

Colombianos y venezolanos copan el 70% de las solicitudes en la comisaría de Betoño

Y aquí vendría una clave de esta explosión. «Una vez transcurrido medio año desde la petición, el reglamento permitía trabajar o firmar un contrato laboral. Si el solicitante de asilo completaba seis meses empleado accedía directamente al arraigo laboral (otro método de regularización). Era el 'truquillo'», cuenta un letrado alavés a cambio de ocultar su identidad. De esta manera, un solicitante podía regularizarse al año de pisar la comisaría de Betoño, mes arriba mes abajo. Además, cuando Interior deniega estas instancias, «siempre recurrimos a la vía de lo Contencioso administrativo, que suele estirar el pulso en los juzgados hasta los dos años».

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«Mera tolerancia»

Este guion se quebró a finales de enero, cuando el Tribunal Supremo emitió una sentencia que ha cambiado la 'partida'. Ese fallo capital define a los solicitantes de asilo en situación de «mera tolerancia» mientras se estudia su petición. ¿Qué significan esas dos palabras? A estos demandantes, al no encajar en la situación de 'residencia' o 'estancia' como establece el reglamento de extranjería para acceder al permiso de residencia por arraigo laboral, «no se les puede aplicar» el atajo de arraigo laboral. Esta variación se activó en abril.

  • 851 peticiones de asilo lleva tramitadas el personal de la comisaría provincial de la Policía Nacional en Vitoria entre el 1 de enero y el 31 de julio. Este flujo supone un 19% más que hace un año y representa una subida del 39% respecto al mismo periodo de 2022.

  • ¿Quién lo solicita? Cuatro de cada diez solicitudes recibidas en Vitoria vienen de personas de origen colombiano (358 peticiones). Le siguen Venezuela (237), Perú (95), Senegal (24), Palestina (17), Paraguay (16), Pakistán (11), mientras que el resto (93) se reparte entre una veintena de nacionalidades. Los ucranianos, muy numerosos hace un par de años, han pasado a tener un poso testimonial.

Sin embargo, el flujo de solicitudes continúa en crecimiento. «En teoría, si en ese tiempo de espera a que la Justicia decida sobre tu caso concreto trabajas, ya no te valdrá para obtener el arraigo laboral», lamenta un abogado que sigue cursando recursos. «Porque el tiempo de respuesta de la Justicia no ha variado». O sea, en el peor de los supuestos, la más que probable denegación se oficializa a dos años vista. «Sigue siendo un comodín muy importante», asumen fuentes del Ministerio del Interior.

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«Antes se llevaban los matrimonios de conveniencia, hasta que cortamos esa vía. Ahora toca ésta. Por cierto, si estás en un centro de expulsión y solicitas el asilo, automáticamente paralizan tu salida. Es otra derivada», aclaran policías nacionales especializados en extranjería.

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