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Judith Romero
Sábado, 29 de diciembre 2018, 01:23
Llega la Nochevieja y, con ella, el momento de ahuyentar lo negativo del año que se cierra y dar la bienvenida a uno nuevo. Se cena en familia y antes del cotillón... ¿petardos? Hay para quienes las bengalas, tracas, ruedas o cohetes suponen ... el mejor colofón a la última cena del año, pero ya no hacen tanta gracia. No solo por las mascotas, que quedan «aterradas» ante el estruendo. También por niños, mayores y cada vez más vitorianos concienciados contra este sufrimiento gratuito.
Quizá por ello, los hábitos están cambiando. Quienes se aprovisionan estos días para los quince minutos durante los cuales el Ayuntamiento de Vitoria tolerará estas pequeñas explosiones festivas buscan más «efectos visuales» que el ruido por el ruido. «Las baterías de fuegos artificiales están siendo las reinas de estas Navidades», afirma Lorena Alonso, dueña de Don Petardo, uno de los almacenes que nutre de luz y color a la Nochevieja alavesa.
Este templo de los artículos pirotécnicos lleva días recibiendo visitas de padres con hijos e incluso familias enteras dispuestas a seleccionar los efectos y colores que pondrán brillo a sus fiestas. «Solemos relacionar los petardos y la pirotecnia con el ruido, pero la mayoría del público busca efectos visuales, algo que no causa molestias y gusta a todo el mundo», apuntan desde esta tienda ubicada en el polígono Subillabide. Los helicópteros o voladores hacen las delicias de los niños, y algunos packs pensados para ellos aportan variedad para unos 20 o 25 minutos sin provocar ruido a más de 5 o 6 metros de distancia.
«La gente cada vez se informa más sobre los productos que adquiere, pasamos la mayor parte del mes dando consejos sobre su utilización», apunta Alonso. De esta forma, conviene tener en cuenta qué artículos están indicados para su uso exterior y cuáles pueden utilizarse desde, por ejemplo, una ventana. «Las bengalas, los tubos de confetis y las candelas, menos conocidas pero cada vez más populares, son buenas opciones», señala. Mantenerse alejado de la pólvora es fundamental.
No obstante, las tracas y petardos, preferidos por un público «menos familiar y más juvenil», también provocan otro tipo de consultas en los días previos a Nochevieja. Algunos propietarios de mascotas se acercan estos días a la consulta del veterinario para preparar a sus amigos y evitar los efectos estresantes que estos ruidos tienen sobre ellos. «Algunos perros desarrollan este miedo con la edad pero otros lo presentan siempre, y sus dueños nos piden extractos de plantas o medicamentos para calmarlos en Nochevieja», explica Amaia Basabe, veterinaria de la Clínica Auxo, en el barrio de Arana. Los ruidos estridentes hacen que los perros se pongan en alerta, acelera su ritmo cardiaco y pueden producirles varias complicaciones como ansiedad, descomposición y falta de descanso. «Es posible que desarrollen miedo a salir a la calle o que los que tengan antecedentes de patologías cardíacas vean agravada su condición, por lo que conviene prepararse para este momento», aconsejan desde la clínica.
La veterinaria Feli Garai propone crear espacios donde los perros se sientan seguros y protegidos en lugares aislados como el baño. «Es buena idea llevar allí su colchoneta y taparlo con una manta para aislarlo todavía más», recomienda. Ante todo, hay que actuar con normalidad y no acariciarlos demasiado, ya que de lo contrario se otorgaría un refuerzo positivo a su estado de nerviosismo. «Las tormentas también les asustan, pero no saber de dónde vienen los petardos y sentirlos tan cerca les aterroriza».
Luis Mendoza, miembro de la protectora Apasos, recuerda a los propietarios de perros que, en estos momentos de estrés, los animales buscan primero el apoyo de sus dueños. «Es buena idea llevárselos consigo si cenamos en casa de otro familiar, ya que si se quedan solos pueden llegar a provocarse lesiones», recomienda. Él mismo lleva a su pequeña Vilma en coche en estas fechas para evitar que se escape mientras se lanzan petardos. «Hay que poner la música fuerte para evitar que los oigan y llevarlos atados en todo momento en la calle para que no huyan o sean víctimas de un atropello», coinciden Basabe y Mendoza.
El ruido está dejando paso a la luz y al simbolismo, por lo que otra opción para quienes prefieren no jugar con fuego es utilizar globos decorados para las fiestas e introducir en ellos lo negativo de 2018. «Lo importante es pasarlo bien y dejar un buen sabor de boca a todos sin causar molestias», recuerda Lorena Alonso.
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