«Hemos sufrido una situación extrema sin precedentes». Así definió ayer el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, la ola de calor que Euskadi ha sufrido en la última semana y que ha llevado los termómetros a superar los 42 grados en numerosos puntos de ... Álava. Un escenario inédito «desde que existen datos» que ha llevado a los tres centros coordinadores de emergencias de Osakidetza de Euskadi a atender entre el 10 y el 18 de julio un total de 184 avisos de mareos o malestar relacionadas con las temperaturas extremas. Un total de 27 de estas alarmas se registraron en Álava, 104 en Bizkaia y 53 en Gipuzkoa. El día más crítico fue el domingo, con 45 posibles golpes de calor en toda la comunidad.
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De todos ellos, 83 presentaban cuadros de deshidratación y calor corporal lo suficientemente graves como para requerir el trasladado a hospitales vascos. Así, 15 han sido los alaveses que han acabado en Urgencias por un golpe de calor; 48 los vizcaínos y 19 los guipuzcoanos. El resto no requirió traslado y fue atendido en la calle o en el centro de salud más cercano, informó ayer el Departamento de Salud.
Entre los sanitarios que han estado de guardia estos días se encuentran Adolfo Delgado, médico de familia en el centro de salud de Alegría-Dulantzi, y Jagoba Udaeta, técnico de emergencias sanitarias. Los dos coinciden en señalar que han sido las personas mayores las más afectadas por el calor. «Ponemos mucho cuidado con ellos. Con la sudoración se deshidratan sin darse cuenta y llaman porque se siente mal o les ha subido la tensión. Normalmente son pacientes con diabetes, hipertensión o insuficiencia cardiorrespiratoria que se descompensan», comenta Delgado.
Tras los más vulnerables, los dos sanitarios han atendido a personas que trabajan en la calle expuestas a las altas temperaturas. Delgado está en este sentido rodeado de agricultores y ha visto algún accidente con maquinaria atribuible al calor. Los 'cortes de digestión' de personas que se han metido muy rápido a la piscina sin dar tiempo al cuerpo a aclimatarse también han hecho acto de presencia. Y lo que les ha llamado más la atención han sido «esas personas que se ponen a correr o cogen la bicicleta a 40 grados». Salvo estas imprudencias, en general los alaveses han sabido protegerse y tendrán que volver a ser cautos en unos días, recuerda el médico alavés.
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