Día clave en el juicio con jurado popular por el «asesinato» de Pilar Arbulo. Dos peritos forenses del Instituto Vasco de Medicina Legal aclararon ayer jueves que, aquella tarde aciaga del 12 de mayo de 2019, esta vecina de la calle Hortaleza sufrió «un ataque ... coordinado por dos personas» en el interior del ascensor. O sea, que no murió 40 horas después al haberse caído por algún desmayo, como subrayan las defensas de los acusados, un par de delincuentes comunes. El informe médico habla de «muerte violenta».
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Queda por ver si se trató de un «asesinato», como reclama la Fiscalía, o un «homicidio imprudente», alternativa planteada por las defensas en caso de veredicto condenatorio. La primera opción implicaría hasta 25 años de cárcel. La segunda, un máximo de cuatro. El robo apenas se discute ya (otros cinco años). A Pilar le quitaron 120 euros y unas gafas.
La autopsia, reproducida ayer en la Audiencia Provincial de Álava, aclaró que esta vecina de Aranbizkarra de 75 años, 1,52 metros de altura y 40 kilos «trató de defenderse». Su cadáver mostró a los forenses una veintena de heridas. De ellas, cuatro eran las relevantes. Dos en la cabeza pudieron ser «mortales».
La hipótesis principal, sin descartar otras, apunta a un «puñetazo» en la oreja derecha, un desplazamiento de esta mujer «menuda pero sana» y un golpe de la otra parte de la cabeza contra una superficie dura. Quizá una esquina del elevador o el carrito que portaba consigo. Esa sucesión provocó un fatal movimiento interno del cerebro que desembocaría en su fallecimiento el día 14 de mayo.
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la ertzaintza no se percató
Pero sus atacantes también la golpearon en el tórax y la agarraron del cuello. Su cuerpo presentaba heridas cutáneas en los brazos. Es decir, trató de defenderse. «Fue una acción muy violenta y nos parece que de personas que tienen cierta práctica en pegar», aclararon las forenses.
Sin una de ellas, este proceso penal con jurado popular igual jamás se hubiera celebrado. Cuando Pilar fue declarada muerta y ante la falta de heridas externas, desde el hospital Santiago pidieron al Palacio de Justicia permiso para donar sus órganos. Esta facultativa se negó. La autopsia revelaría muchas heridas internas, que podrían incriminar a los dos sospechosos. Ambos niegan andar cerca del bloque de Pilar aquella tarde. Permanecen en la prisión de Zaballa por otros hechos. Son sospechosos de asaltar a personas mayores en aquellas fechas de 2019 para robarles.
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Ayer jueves, en el visionado de una cámara de seguridad de la calle Francia donde se ve al principal encausado a paso ligero pocos minutos después del ataque, el buen ojo de la fiscal Sara García incriminó al otro investigado y, de paso, dejó en mal lugar a la Sicta, la unidad de investigación de la Ertzaintza. «Señor agente, el que va detrás del sospechoso es el segundo imputado», destapó.
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