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«Una locura». Así han definido varios conocidos la aventura de tres amigos alaveses y un vizcaíno que se han propuesto recorrer el Camino de Santiago en silla de ruedas. José Ignacio Fernández, Rubén Zulueta, Miguel Ángel Guede y Antonio González partirán el 25 ... de julio desde Roncesvalles (Navarra) con destino Santiago de Compostela. Por delante, 790 kilómetros de disfrute pero sobre todo de trabajo. Se han propuesto elaborar una completa guía destinada a personas con problemas de movilidad que deseen recorren la Ruta Jacobea.
«Nosotros no hemos sido capaces de encontrar una publicación de estas características, con información exhaustiva para personas con movilidad reducida», explica José Ignacio. Él y Rubén sufren distrofia muscular, una enfermedad degenerativa considerada 'rara' y que causa debilidad muscular. Ambos utilizan silla de ruedas y aunque no tenga ningún problema físico, su amigo Miguel Ángel también se ha propuesto acompañarles sobre otra silla. «Él ya conoce el camino porque lo ha hecho varias veces y nos servirá como guía. Además, tenía muchas ganas de vivir una experiencia así para comprendernos mejor y ver lo que se siente», explican sus compañeros. Antonio será el conductor de una furgoneta en la que llevarán los recambios necesarios para posibles averías de las sillas.
Los cuatro se conocen del camping de Castañares, en La Rioja, y la idea surgió después de ir a recoger a unos amigos que volvían de realizar el Camino. «¿Por qué tu y yo no?», le preguntó Rubén a José Ignacio. De aquello hace ahora un año, doce meses en los que no han parado de preparar este proyecto que está a punto de comenzar. Bajo el nombre de Caminus también han creado una asociación y a través de la venta de camisetas y conciertos donarán todo lo recaudado a la Fundación Isabel Gemio, que cuenta con una línea específica de investigación de distrofias musculares y otras enfermedades raras. «Todos estos meses de preparación han sido muy emocionantes y nos hemos dado cuenta de que la gente de Vitoria es muy solidaria», destaca Antonio.
Además, son muchas las empresas que les han prestado apoyo material y logístico para su aventura. Calculan que les llevará unos 20 días cumplir su objetivo, con una media de 40 kilómetros por jornada andada. Para ello se han hecho con unas sillas especiales, algo similar a una especie de todoterrenos que alcanzan la velocidad de 10 kilómetros por hora y con autonomía para 25. En el proceso de 'tuneo' les han añadido baterías de litio. «Son especiales para exteriores, con amortiguación, muy robustas. Pueden llegar a pesar hasta 134 kilos», desvela José Ignacio.
En la preparación del viaje han contactado con más de un centenar de albergues para informarse sobre su accesibilidad. Ahora, su trabajo será comprobar 'in situ' si son accesibles y si están adaptados para reflejarlo después en la guía que esperan esté disponible para el mes de octubre. «La guía está pensada para hacer el camino en unas 30 etapas e incluirá información sobre el terreno o dónde comer y dormir. Muchas personas que se han enterado del proyecto, también de fuera de España nos han escrito preguntándonos cuándo saldrán porque están esperando para tenerle y animarse a hacer el camino», explican los amigos.
Encaran este desafío «con muchísimas ganas, ilusión y fuerza». Tanto es así que confiesan que estuvieron a punto de soltar alguna lágrima de emoción cuando les entregaron las gorras con el logo: un peregrino en una silla en la que la concha del camino hace las veces de rueda. «Antonio y Miguel pueden repetir el Camino cuando quieran, pero para Rubén y para mi estoy convencido de que va a ser la experiencia de nuestras vidas», augura José Ignacio.
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