las peras y el olmo
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Atrevido el alcalde al proponer a los grupos de la oposición «un pacto por el futuro» en el debate de la ciudad-estadoDicen por ahí que algunas campañas electorales duran quince días. Me cuesta creerlo porque desde que los representantes públicos, en general, decidieron escenificar la política de forma permanente el meollo de las legislaturas apenas perdura un par de años. Y luego está el Ayuntamiento ... de Vitoria, claro. Aquí clavan los anclajes de la tienda (de acampar, me refiero) el día en que ocupan escaños los concejales y se retiran en la jornada de clausura para limpiar la parcela. Y vuelta al inicio, independientemente de las siglas dominantes, porque el ambiente consistorial parece viciado de raíz con afrentas de patio de colegio y respuestas del tipo 'pues mira que tú'. Cavilemos un rato, que tal vez todo ello responda a la sociología de una ciudad con el ceño fruncido.
Llámenme agorero pero convencido ando de que las reacciones ayer mismo de la oposición y las consiguientes réplicas que hoy formularán los grupos al diagnóstico del regidor vienen elaborados de antemano, previas al discurso de Gorka Urtaran. El autodefinido humanista que ganó la medalla de bronce en los comicios de 2015 y ayer se dirigía al Pleno flanqueado por las hipotéticas 'alcaldesas' Leticia Comerón (PP) y Miren Larrion (EH Bildu). Escoltadas ellas, a su vez, por los compañeros de bancada Miguel Garnica y el incombustible Antxon Belakortu.
Ignoro si los ediles entregados a representar obras con cierto toque histriónico en ocasiones se decantaron ayer por alguna modalidad del teatro de vanguardia. Casi mudo, digo, porque apenas variaron el rictus o movieron las articulaciones durante los 77 minutos que empleó Urtaran en expresar su visión (notable alta) de la capital alavesa. Sí es cierto que según avanzaba el discurso a él se le enrojecía levemente el rostro y las charlas entre aliados iban 'in crescendo'. Pero nada fuera del tiesto. El abanico de la socialista Isabel Martínez, el bolígrafo que se fumaba Óscar Fernández (Irabazi) y el buen rollo entre Estíbaliz Canto (PSE) y Jorge Hinojal (Podemos). Casi transgresor se diría dada la costumbre de entablar conversaciones únicamente con los propios. Por cierto, que el prólogo de la sesión incluyó los besos del alcalde a la benjamina de la Corporación por su cumpleaños. Hogeita zazpi. Zorionak.
Por todo lo anteriormente expuesto deduzco -me sueno a alegato delante del tribunal- que el regidor jeltzale manipuló el tronco del olmo a la espera de que cayeran peras cuando solicitó la cooperación necesaria de todos los partidos con sitio en el Consistorio por el bien de Vitoria. Habló Gorka de «trabajar de forma conjunta y no sólo para cuatro años» y de «compartir estrategias». Lejos de amilanarse, el primer responsable municipal avanzó otro paso hacia el pretil. «Les propongo un pacto por el futuro», frase grandilocuente y que sonó sincera en sus labios, previa al adagio filosófico «lo mejor es enemigo de lo bueno». Sentencia a la que siguió otra que recordó un viejo anuncio televisivo de detergente. El de buscar, comparar y comprar en caso de... Aludía a la reforma de Mendizorroza con la, a su juicio, adecuada financiación para incrementar el aforo y modernizar el estadio. «Creo que tenemos un buen acuerdo, pero estoy dispuesto a escuchar ofertas mejores. Si no las hay les pido que apoyen ésta».
11.22 horas del jueves 28 de junio. Urtaran concluye un discurso sobre el estado de la ciudad-estado (consientan al autor el juego de palabras), levanta una sesión que se reanuda hoy con las respuestas de los grupos y cada mochuelo a su olivo. O sea, los ediles a sus grupos respectivos salvo Óscar Fernández, sin otra compañía que sus propios papeles y ese boli que parece fumar. Desde la plaza suben amortiguados los gritos de quienes sostienen una pancarta contra el establecimiento de la delincuencia en Asteguieta y la de empleadas del Instituto Foral de Bienestar Social. Veremos esta mañana si de los toques del alcalde al olmo del que escribió Antonio Machado cae alguna pera en forma de acuerdos. Pero me da que se trata de árboles diferentes.
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