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RAMÓN ALBERTUS
VITORIA.
Domingo, 11 de noviembre 2018, 01:00
El cineasta Paul Urkijo (Vitoria, 1984) ha estado ocho años atado a una idea. Es el tiempo que ha pasado desde que dibujó unos garabatos inspirándose en un cuento popular vasco - 'Patxi Errementaria'- hasta el estreno en marzo en las salas comerciales de 'Errementari', una ... película que vieron un total de 25.371 espectadores. El realizador vitoriano habla sobre cómo ha sido el periplo por festivales, donde ha acumulado reconocimientos. Y la dificultad para mantener unos hábitos durante la promoción. «Estoy bajando de la montaña rusa y trabajando en nuevos proyectos», dice mientras dibuja en el aire con su índice el trayecto de la atracción. «Y ahora estoy al principio, cuando el tren hace -simula el ruido- traca-traca... No he recibido ninguna llamada de nadie ofreciéndome dinero para mi siguiente proyecto ni nada así. Estoy trabajando y disfrutando». Es la vuelta a la rutina tras su puesta de largo. «Espero que para la siguiente película no tenga que esperar tanto y se pueda sacar en dos o tres años».
- ¿En qué está trabajando ahora?
- Siempre ando con muchísimos proyectos. Estoy empezando con la preproducción de un largometraje y tengo un proyecto de serie y otro de largometraje. Estoy con tres proyectos y uno de los largos es el que está cogiendo más vuelo. Al final tienes que andar con varias cosas a la vez y ver cuál arranca primero.
- ¿Qué se puede contar?
- El proyecto que discurre en punta de lanza va un poco en la línea de 'Errementari'. Es en euskera, de género fantástico, con un contexto histórico local. No puedo avanzar mucho.
- ¿Qué balance hace de 'Errementari'?
- Para una película en euskera, de género fantástico y de un director novel, las noticias que nos dieron eran que las cifras estaban muy bien. Sobre todo en Euskal Herria y luego en las capitales, Madrid, Barcelona, Sevilla, y alguna otra ciudad.
- ¿Qué ha cambiado en su vida desde ese estreno?
- Una perspectiva de saber que hay gente que espera algo de ti. Eso puede ser positivo o te puede generar más nervios. Pero a nivel laboral no ha cambiado.
- ¿Va mucho al cine?
- Sí, intento ir todo lo que puedo porque disfruto un montón de todo el ritual de entrar a la sala, que es un lugar donde lo único que vas a hacer es disfrutar de una historia.
- Los cines alaveses perdieron 17.000 espectadores el año pasado. ¿Se nota?
- Yo no lo he notado. No sé con qué puede tener que ver... Con 'Errementari', las salas estuvieron llenas. Incluso hubo cines en los que el último día de proyección estaban a tope. Nos pasó en los cines Golem, de Bilbao, que se quedó gente fuera del último pase. Tiene que ver con el contexto en el que se mueve una película en concreto. Si se ve cómo están las salas los días con descuento, como la Fiesta del Cine, se nota que la gente sigue queriendo ir al cine.
- Bajo Ulloa se hipotecó para rodar y Kepa Sojo pidió también un préstamo para sus primeros cortos. ¿Su odisea cómo ha sido?
- Yo prácticamente he hipotecado el trabajo de tanto tiempo viviendo con lo mínimo posible para poder pagar el piso y las facturas. Han pasado ocho años desde que empecé el proyecto de 'Errementari'. Y en mi caso no me puedo hipotecar porque no tengo nada realmente. Digamos que he hipotecado mi propio trabajo durante todo ese tiempo.
- ¿Ha salido a devolver?
- No. Ha salido a que la película está hecha y poder salir un poco a la palestra. Que la gente me conozca.
- Reconocido en el FilmQuest, Fant, Calella... ¿En estos festivales hay tanto glamur como se presupone desde fuera? Alfombras, fiestas...
- Lo que pasa es que soy una persona con muy poco glamur, la verdad (risas). Creo que es importante que haya este tipo de saraos, pero en el tipo de festivales que me muevo, que suelen ser de cine fantástico, hay un ambiente más 'freak' y bastante distendido. Yo desde luego todavía no me he puesto ningún esmoquin ni chaqueta ni pajarita.
- Habrá tenido a grandes figuras cerca...
- He estado con William Friedkin, director de 'El Exorcista', o Guillermo del Toro. Los más famosos son esos. Por supuesto, también a Álex de la Iglesia en Bilbao que, además de producir mi película, es uno de mis directores favoritos.
- ¿Ha mostrado interés en sus nuevos proyectos?
- Yo sigo en contacto con él y siempre tiene interés en mis nuevos proyectos. Además, somos amigos. Para mí tenerle como padrino le da mucha más proyección a mis películas.
- En los créditos del corto 'Jugando con la muerte' (2010) aparecen dos hermanos suyos como ayudantes de producción y su hermana Izaskun es directora de arte.
- Sí, ahí y en todas mis películas trabaja toda mi familia siempre. Yo soy el pequeño de cuatro. En casa opinan mucho y procuro tenerlos muy en cuenta porque me conocen perfectamente.
- ¿Ha tenido trabajos fuera del cine?
- He trabajado de todo. En el montaje de una cadena de ollas a presión, de tabernero, de profesor de dibujo, de monitor de tiempo libre... También he realizado ilustración de cuentos infantiles y en audiovisuales he hecho videoclips para grupos de música y spots para empresas.
-¿Se puede decir que vive del cine?
- Espero que llegue ese momento. Ahora sobrevivo, más que vivir. Tengo un pequeño colchón después de 'Errementari' para aguantar hasta la siguiente peli.
- En marzo se estrena 'Vitoria. 3 de marzo', de Cabaco. Solo un año después de su puesta de largo.
- Conozco a muchísima gente que ha estado en ese proyecto, por ejemplo Nerea Torrijos, directora de vestuario. Hacer una película sobre el 3 de marzo ya es un hito muy importante. Las imágenes de las cargas policiales van a ser inmortales porque recuerdan ese momento que se estaba diluyendo con el tiempo. Creo que cada vez se están haciendo más películas en Vitoria. Poco a poco estamos construyendo una industria y cada vez hay más gente en el sector. Somos unos cuantos directores que estamos en Gasteiz defendiendo nuestra plaza.
- También se rueda ahora 'La pequeña Suiza' en Artziniega. ¿Es un buen momento para el cine alavés?
- Bueno nunca es. Sacar una película siempre es un drama, aunque no lo cambio por nada del mundo. Es muy complicado, pero estamos viendo que se puede gracias al trabajo de toda la industria que está peleando por sacar proyectos adelante y las instituciones están respondiendo. Es un momento en el que la gente está más ilusionada y trabajando más. Ya te digo, a nivel de contexto, bueno no es. Pero estamos peleando y cada vez más unidos.
- ¿Echa en falta más incentivos en comparación a Bizkaia o Gipuzkoa?
- Bueno, ahí no me me meto porque no entiendo mucho. Pero hay que luchar por condiciones que defiendan toda la cultura. Creo que es muy importante que haya toda clase de eventos culturales para una sociedad sana psicológicamente, adulta y con capacidad crítica.
- Si le dicen que Vitoria es una ciudad más aburrida que las otras dos capitales, ¿Qué responde?
- Pues yo tengo muchos amigos de Donosti y Bilbao que vienen aquí de fiesta... (risas) Tan aburrida no será entonces. Creo que tenemos bastante movimiento cultural y cada vez hay más. Es complicado porque generar cultura lo es, pero hay mucha gente que lo está peleando y creo que Gasteiz es una plaza cultural importante.
Cuenta Paul Urkijo que una de las cintas que le marcaron de pequeño fue 'Jason y los Argonatuas', de Harryhausen. «Los esqueletos, el gigante de bronce y toda esa mitología griega», enumera como atractivos para adentrarse en el cine fantástico, un mundo que nutre más tarde con clásicos como 'Legend', de Ridley Scott. «Y más a nivel de género, de niño me obsesionó 'La cosa', de John Carpenter. También películas de los 80, 'La historia interminable', 'Dentro del laberinto'...».
La lista sería extensa. La mayoría de estos filmes se pueden ver en plataformas digitales al igual que su ópera prima, la fábula vasca 'Errementari', que desde el 13 de octubre se ofrece en la plataforma digital Netflix. El gigante del entretenimiento adquirió los derechos de emisión cuando se estaba finalizando la posproducción. «Es una de las plataformas más potentes a nivel mundial y nos interesaba», cuenta Urkijo. «'Errementari' está ahora en los salones de todo el planeta. Al final es una tendencia contra la que no se puede luchar. Hoy en día es la naturaleza que está tomando el entretenimiento. De hecho, yo prácticamente estoy creciendo con ello y para mí es algo natural también».
Rodada en euskera alavés, la historia de un despiadado herrero que tortura a un demonio protagonizada por Kandido Uranga, Eneko Sagardoy y Uma Bracaglia da el salto al público internacional. Al «feedback muy bueno» que confiesa haber tenido en Euskadi, así como a nivel nacional, se le suma un reconocimiento que traspasa fronteras. «Por lo que estoy viendo por Twitter hay gente de Japón, Turquía y Estados Unidos que hacen comentarios muy buenos». Precisamente, 'Errementari' fue galardonada con cinco estatuillas en el festival FilmQuest del gigante norteamericano.
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