«Todos hemos tenido que pelearlo»

- Hablan de ustedes como grupo shoegaze, indie, alternativo y hasta les dan premios de pop. ¿Es bueno tener una etiqueta amplia?

- Es algo que tampoco nos preocupa demasiado. Ahora más que nunca las etiquetas empiezan a definir poco las cosas. Creo que es algo positivo que una banda como novedades Carmiña de repente pase de hacer un tema garage a uno más bailable. O que nosotros, que nos etiquetan de indie o rock, hagamos 'Algunos tenemos fe', que tiene ciertos sonidos afro. A nosotros nos gusta denominarnos banda de rock y nos sentimos cómodos ahí.

- En 'El Milagro' hablan un poco de su historia. ¿Quiénes son los ángeles ahí?

- Creo que son la gente que soporta todo esto. Al final, nuestra familia, nuestros amigos, el propio equipo de la banda, nosotros mismos y quienes están por encima que nos echan un cable y nos sacan del pozo donde nos precipitamos constantemente.

- Cantar ha cantado bastante, pero ¿cuánto ha tenido que coser y aguantar palos?

- Ja, ja, ja. Prácticamente desde que empecé a tocar. Es algo inherente al oficio, unos más y otros menos, pero todos hemos tenido que pelearlo. La situación de cada uno es diferente pero siempre está ese componente de remar a contracorriente ante un montón de cosas.

- Aunque ya habían tenido éxito, ¿a la tercera va la vencida?

- No lo sé. Para nosotros, la vencida es casi desde el principio. El proyecto funciona muy bien, hay algo que ni sabemos explicar ni queremos que hace que nuestra música conecte con la gente de una manera especial y esto se ve reflejado en muchísimas cosas. Desde la gente que viene a las salas a los mensajes de ánimo, con los premios...

- ¿Diría que el arranque de la banda hace juego con un nombre surgido en un momento de euforia?

- Sí, ja, ja. Era una pequeña broma con Fernando. Nos gustó desde el principio y creo que nos ayudó porque es un arma de doble filo. Por un lado, es un nombre que se queda bastante fácil y, por otro, suena a muchas cosas. Hemos tenido que definir quiénes somos y la música que hacemos a golpe de tocar y girar.

- En las canciones, ¿los principios son fundamentales o la verdad está en los estribillos?

- La frase 'Otros principios fundamentales' tira un poco de ironía, de aquella 'si no le gustan mis principios, tengo otros'. Y también dice que nada es fundamental o insustituible. Los nuestros eran unos y, cuando sacamos ese segundo disco, estábamos descubriendo otros.

- ¿Qué frases se le quedan más a usted entre los dientes?

- Supongo que las cosas que necesitamos decir y no lo hacemos por miedo a herir a alguien o porque simplemente nos cuesta sacarlas fuera. En el momento en el que verbalizamos algo estamos haciéndolo realidad y a veces nos da un poco de miedo que algunas cosas sean reales.

- Han actuado en muchos festivales incluso como cabezas de cartel. ¿Hay alguno al que le tenga ganas?

- Personalmente, me gustaría mucho actuar en el Vida, en O Son Do Camiño, volver al Mad Cool o ir al BBK. O no hemos tocado en ellos o lo hemos hecho poco. Y nos gustan porque hemos sido público también.

- ¿En la sala Jimmy Jazz sonarán diferentes?

- Sí. El concierto es más largo y nos da tiempo a explorar temas que no entran en el festival. La gente es 100% público de Viva Suecia y nos podemos permitir ciertas licencias, como alargar algunas canciones o hacer unos pasajes más instrumentales. Pero aunque divaguemos un poco más, con este disco la intensidad sigue siendo bastante grande.

- ¿Cómo les va sentando a las canciones el paso por la escena?

- A algunas, muy bien. De hecho, estamos en días de disyuntivas, de ver qué temas deberíamos rescatar de la discografía. Tocamos el disco nuevo casi entero, luego metemos las obligatorias para nosotros y el público. E intentamos tocar canciones que son menos populares pero creemos que han de tener cabida.

- ¿A quién mira como 'frontman'?

- Empecé como guitarria y tuve que adaptarme y aún no tengo ese 'chip'. Pero le diré uno de la tierra: Carlos Tarque, de M-Clan, me parece lo mejor que ha dado este país. También Matt Berninger, de The National, o Jarvis Cocker. Hay un montón.

- Hablando de su tierra, ¿cuando oye hablar de un 155 para Murcia es que el surrealismo nos invade?

- Ja, ja. Creo que aplicar el 155 es hasta más grave que la barbaridad del 'Pin parental'. Una atrocidad que se explica por sí misma no requiere la intervención de ningún tipo de organismo. Deberíamos ser conscientes de todo de lo que ocurre, protestar en contra y apelar al sentido común para que las cosas ni siquiera se lleguen a plantear. Tenemos una lucha un poco jodida aquí en casa.